El Palacio del Arzobispo Xelmírez se inició a comienzos del siglo XII adosado a la propia catedral de Santiago de Compostela. Este edificio tuvo que ser reconstruido, tras las revueltas de 1117 contra el propio arzobispo. No sólo posee un gran valor artístico sino también histórico, pues nos ubica en el contexto de la arquitectura civil de los grandes señores de la época y, en este caso concreto, nos permite entender el poder del alto clero en la Edad Media. Bajo este precioso arco es típico escuchar música de intérpretes individuales o grupos que ocupan este espacio con limitaciones de tiempo, más o menos hora y media de duración.