La sombra de un viejo roble que nos triplica la edad es el punto de partida para nuestra ruta de hoy. Nos encontramos en la Ribeira Sacra Galicia, en el municipio de Sober. Además de unos cuantos trastos y el tentempié de rigor, llevamos la mochila cargada de ilusión. La naturaleza y el arte nos esperan aquí con los brazos abiertos, tratando a todos por igual, sin preguntar tendencias ni cobrar entrada. Respiramos hondo y nos ponemos en marcha.
Amara Castro Cid
Fotografía: Pío García
Al llegar a la iglesia de San Xillao de Lobios en la Ribeira Sacra Galicia, nos situamos bajo la entrada abocinada de la fachada principal para poder observarla de cerca. Formando un arco apuntado, las arquivoltas están salpicadas de adornos que, junto con los capiteles de motivos vegetales, compensan la ausencia de tímpano, aportándole al conjunto un estilo levemente elaborado a pesar de la sobriedad.
La iconografía del templo nos arranca una sonrisa, pues el león de san Marcos se convierte aquí en algo bastante parecido a un perro palleiro y el buey de san Lucas se asemeja curiosamente a una vaca del país. En las proximidades de la iglesia está la Capela dos Anxos, con una antigua lápida a modo de dintel. Cuentan en la zona que una ladrona convertida en serpiente volvió a su figura humana gracias a las oraciones de una moza del lugar que intentaba huir del malvado animal encomendándose a Nuestra Señora dos Anxos.
Seguimos nuestra ruta para llegar al Cruceiro de Lobios. Un Cristo de granito nos mira desde lo alto, invitándonos a sentarnos a descansar. La piedra está templada por el sol y corre una brisa tan suave que es como si el aire nos acariciase. Mientras sacamos el agua de nuestras mochilas no tenemos ni idea de lo que vamos a ver a continuación. Entonces alguien rompe el silencio para avisar: «¡Mirad! ¡Mirad!». Un águila ratonera acaba de levantar el vuelo muy cerca de nosotros, y en un instante nos muestra sus alas listadas y se pierde planeando en el cielo sin dejar rastro.
Reconfortados por la escena, nos ponemos en marcha hasta llegar a una cancilla abierta que nos invita a entrar en la iglesia de San Vicente de Pinol en la Ribeira Sacra Galicia. Es una fachada austera, con alguna ornamentación geométrica y vegetal en los arcos ligeramente apuntados de la entrada y en los capiteles. Nuestra mirada se detiene con curiosidad en el rosetón calado con forma de estrella de seis puntas que simboliza la estrella de David. La construcción del templo se remonta al siglo XII, pero la nave se amplió en el XVII, cuando la llegada de la patata trajo consigo un crecimiento demográfico y muchas de las construcciones románicas de la zona fueron reformadas para poder acoger a un mayor número de feligreses.
Parece que el resto del mundo ha dejado de existir mientras continuamos nuestro paseo por la Ribeira Sacra Galicia. Nos dejamos llevar por el camino, inmersos en nuestra paz, hasta llegar a la iglesia de Nuestra Señora de Cadeiras. Al contemplar la fachada no podemos evitar acordarnos de la catedral de Oviedo, ya que ambos templos comparten la característica de contar con una sola torre. Se trata de una construcción austera, aunque su valor es otro. Cuentan los lugareños que la Virgen que guarda este peculiar santuario inacabado «é moi milagreira».
Nada mejor que el mirador de Cadeiras para acabar nuestra ruta de hoy. Una pasarela de madera nos deja colgados sobre el cañón del Sil. Nos envuelve el sonido del río que fluye, abriéndose paso entre la piedra y la vegetación, formando un escenario natural que ya es patrimonio de nuestra memoria: nos lo llevamos grabado para siempre en nuestra retina y en los cientos de fotos que hemos hecho hoy.
En medio de semejantes vistas, pienso en una frase que leí en algún libro de Albert Espinosa: «La naturaleza nos habla pero estamos demasiado ocupados para entenderla». Con el firme propósito de llegar algún día a comprender aunque solo sea una pequeña parte de lo que la naturaleza nos dice, nos despedimos por hoy. Volveremos. ¿Y tú? ¿Estás preparado para venir a la Ribeira Sacra Galicia y dejar que la naturaleza te hable?
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