El castillo de Castro Caldelas: arquitectura llena de historia.
Una construcción que nos transporta al pasado y nos permite ser de alguna manera testigos de los grandes acontecimientos de la historia de Galicia y conocer a personajes claves de ella. Castillo de Castro Caldelas, una inolvidable visita para los amantes de la arquitectura, el paisaje, el folklore, la gastronomía y, sobre todo, la historia de esta tierra.
Marta Loren Alonso
Fotografía: Pío García
Construido en el siglo XIV por encargo de don Pedro Fernández de Castro, el castillo se erige en lo alto del pueblo de Castro Caldelas, en el barrio de Cima da Vila, y sus murallas han sido testigo del paso del tiempo y de importantes acontecimientos históricos. Se construye con una clara finalidad defensiva, probablemente sobre una construcción anterior y en el lugar donde muchos siglos antes se encontraba un castro.
Los castillos son la expresión de la territorialización feudal en el interior del antiguo reino de Galicia y una significativa muestra de arquitectura civil y defensiva en la época. Los condes de Lemos consolidan en el siglo XIV un enorme patrimonio territorial que recorre Galicia transversalmente, de este a oeste, sin apenas interrupción; por ello se construyeron estos grandes castillos, con el fin de controlar sus territorios desde las altas torres y defenderse de posibles ataques.
De hecho en 1467, fruto de la revolución irmandiña (una revuelta popular originada por una gran crisis social y política que se desarrolló en Galicia entre 1467 y 1469), el castillo de Castro Caldelas sufrirá una parcial destrucción, y deberá ser reconstruido posteriormente. A partir de ahí fue sufriendo modificaciones y ampliaciones a lo largo de varios siglos. En el XVI experimentó una gran remodelación y se convirtió en residencia palaciega de la alta nobleza. La construcción del palacio data de 1560, según indica una inscripción que aparece en la puerta trasera o «puerta de carruajes». Los restos hallados en su interior son testimonio del alto poder económico y político del que gozaban los aristócratas que en él residían.
Siglos después se convirtió en objetivo de las tropas francesas de Napoleón, que incendiaron el castillo en 1809 como venganza por los ataques sufridos por la población local en el contexto de la Guerra de la Independencia española.
Al visitarlo nos encontramos con una fortaleza medieval de carácter militar, llena de símbolos en sus piedras, que posee los elementos esenciales de la arquitectura militar de la época: escudos que nos recuerdan quiénes fueron sus señores, una doble muralla rematada con merlones y tres torres defensivas. Los duques de Alba, últimos propietarios del castillo, lo otorgaron en usufructo al pueblo de Castro Caldelas a cambio de que lo rehabilitaran. Fue declarado monumento histórico artístico en el año 1949 y hoy en díaa se ha convertido en el centro cultural y social de toda la comarca.
En su interior encontramos un museo etnográfico en el que podemos ver todo tipo de aperos de labranza, utensilios antiguos, telares y herramientas propias de las distintas profesiones de otra época, desde carpinteros hasta afiladores. También hay salas de exposiciones, sala de conferencias, biblioteca y oficina de turismo: nada que ver con el propósito defensivo para el que se construyó hace más de seiscientos años.
La más importante de las torres, la que servía de residencia de los señores del Castillo de Castro Caldelas, es la torre del homenaje. Hoy en día, acoge dos salas de exposición.
En la primera, a través de paneles informativos, audios, vídeos y proyecciones, nos acercamos a la historia de Castro Caldelas y a la vida y obra de dos importantes personajes de la cultura gallega, Vicente Risco y Sotelo Blanco. El primero, político galleguista, afamado literato y gran intelectual del siglo XX, fue una de las figuras más importantes y a la vez controvertidas de la literatura y la cultura gallegas. Forma parte de la llamada Xeración Nós, y junto con otros reconocidos autores sentó las bases del nacionalismo gallego. Su padre, natural de Castro Caldelas, poseía una casa en el pueblo donde Risco pasaba sus veranos, que hoy ha sido convertida en casa de turismo rural. El segundo, Sotelo Blanco, escritor, editor e investigador cultural además de empresario inmobiliario, tiene un gran compromiso con la realidad gallega y dedicó trabajos etnográficos al mundo rural. Con su obra Antropología cultural de la tierra de Caldelas se acerca a la historia de este pueblo que le vio nacer.
En la segunda sala de la torre del Castillo de Castro Caldelas, podemos ver el más viejo texto escrito en lengua gallega, conocido como Foral do Bono Burgo de Caldelas. El «Foro del Burgo» fue concedido por el rey Fernando II en 1170 a la villa de Castro Caldelas y confirmado por Afonso VIII en 1228. El ejemplar aquí conservado es de esta fecha: el texto más antiguo conservado en esta lengua.
Castillo de Castro Caldelas, acercarse a visitarlo es de algún modo acercarse a la historia de Galicia. Y disfrutar no solo de esta, sino de un increíble paisaje en el corazón de la Ribeira Sacra. Con sus pequeñas aldeas salpicadas a lo largo del paisaje, el río Sil con su garganta de más de trescientos metros de profundidad, los inconfundibles cultivos de vid en terrazas, monasterios de gran riqueza arquitectónica, su folklore único, lleno de actos tanto religiosos como paganos, y su deliciosa gastronomía rebosante de delicias culinarias autóctonas y exquisitos caldos con denominación de origen Ribeira Sacra.
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