En su nombre recogen la esencia de Galicia, el mar y la tierra (land). Elementos que se confunden en A Pobra do Caramiñal, donde a pocos metros del océano Atlántico podemos subir hasta el monte de A Curota. Entre los integrantes del grupo gallego Maryland están los hermanos Rubén y Pablo Castelo, que consideran A Pobra su segunda casa. Aquí vive gran parte de su familia y en sus calles pasaron muchos veranos y fines de semana. Los Castelo siempre encuentran un hueco para volver de visita.
Recuerdan con afecto aquellos tiempos en los que iban a pescar pulpos con su abuelo, a darse un chapuzón en la playa de Cabío y volvían a casa en bicicleta, el cine al aire libre en la plaza del Cantón da Leña o los fuegos de luces por las fiestas del nazareno.
Tamara Novoa Alonso
Dirección y fotografía: Pío García
Arturo, Iván, Pablo, Rubén y Alex aseguran ser amigos antes que compañeros de grupo, y eso se nota al estar con ellos. Las bromas y risas, de las que te hacen participe desde el primer momento, son una constante. Maryland nació allá por el año 2008 y aunque la esencia es la misma, se ha producido una evolución en su música, y no solo por el cambio del inglés al castellano, sino porque a lo largo de estos años han sabido encontrar un estilo propio y un registro que los caracteriza. La energía emana por los poros de estos artistas que con grandes dosis de ingenio y creatividad tratan de asegurarse un hueco en el panorama nacional.
A Pobra do Caramiñal está enmarcada en la península de O Barbanza y es conocida por ser el principal puerto de descarga de túnidos de Europa, pero también por su valor paisajístico y monumental. Es cuna del reconocido escritor Valle Inclán. En el núcleo del casco histórico podemos visitar la torre renacentista de Bermúdez, en cuyo interior se haya un museo dedicado al escritor. Playas de aguas cristalinas como la de Cabío y senderos en plena naturaleza a la vera del río Pedras son razones suficientes para querer visitarla.
Hoy, de la mano de Maryland, vamos a hacer un recorrido por A Pobra do Caramiñal más personal, la de sus gentes.
El punto de partida es la Alameda que actúa como lugar de encuentro para todos los pobrenses. La parte derecha del paseo es conocido en palabras de Pablo Castelo como «la pasarela». Hasta aquí se acercan los domingos todos los vecinos vistiendo sus mejores galas para ponerse al día de la actualidad local mientras andan y desandan dicha pasarela.
Desde la Alameda nos dirigimos a la Plaza do Cantón da Leña atravesando la zona de los bares, que lucen llenos a la hora del vermut. En la plaza encontramos el museo de Valle Inclán, que se haya en los interiores de la torre de Bermúdez, que perteneció a la familia de Valle. Sin embargo, la casa donde residía el escritor está al lado de la vivienda familiar de los Castelo, unas calles más arriba. Los hermanos recuerdan venir hasta aquí en las noches de verano a ver cine al aire libre: «una experiencia increíble; el ambiente era mágico», confiesa Pablo.
De aquí vamos hasta la zona de las playas. La más cercana al centro es la del Arenal, adonde se acercan los vecinos a mariscar. Los hermanos recuerdan venir hasta aquí con su abuelo, pero aseguran que si lo que buscas es darte un chapuzón y tomar el sol la mejor playa de A Pobra do Caramiñal es Cabío.
Los Castelo coinciden al señalar que todo aquel que venga no debe irse sin antes visitar el mirador de A Curota en A Pobra do Caramiñal. A más de 600 metros de altura, en un día despejado tenemos unas vistas inmejorables de las rías gallegas, pudiendo divisar desde la punta de Finisterre a la de A Guarda.
Además, en el discurrir de estas montañas se encuentran unas piscinas naturales que pasan inadvertidas para la mayor parte de los turistas. «Los autóctonos las prefieren a la playa para darse un relajante baño en los días de verano», explica Rubén. «El mirador de A Curota puede ser el sitio ideal para poner fin a la ruta», añade. Especialmente si lo hacemos coincidir con el ocaso del sol; una panorámica inmejorable.
Los chicos de Maryland, que se encuentran en plena gira por toda la geografía española presentando su nuevo disco Los años muertos, confiesan que nunca han tenido la oportunidad de tocar en A Pobra do Caramiñal. Una espinita que tienen clavada, pero confían en que todo llegará. Recuerdan con especial cariño su primer concierto en La Fábrica de Chocolate, en Vigo. Aunque admiten que posiblemente no fue el mejor, sirvió para que Maryland tomase forma. Al preguntarles por su preferido, aseguran que el de fin de gira de Get cold feet en la sala Sol de Madrid.
Y mientras el directo de Maryland no llega a A Pobra, nos contentaremos con verlos en Vilalba o Vigo, donde tienen marcados sus próximos conciertos en Galicia. Y al visitar A Pobra do Caramiñal disfrutaremos como nunca de mar y tierra.
Puede que te interese también Castillo de Cheverny: Joya del Renacimiento francés
