Jardín de San Carlos. En estos jardines situados en la zona vieja se encontraba el antiguo baluarte conocido como fortaleza vieja donde se guardaba la pólvora necesaria para proteger la ciudad. Tras estallar el polvorín que contenía, fue abandonado hasta que ya en el siglo XVIII es recuperado como jardín por don Carlos F. de Croix.
El aspecto actual del Jardín de San Carlos se debe al gobernador Francisco de Mazarredo en 1834 y presenta una característica de jardín romántico. Ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico junto con las murallas. Su valor radica en su privilegiada situación desde la que se observa, gracias a su mirador, todo el puerto de La Coruña. Bajo los árboles centenarios del jardín descansa la tumba, del general escocés Sir John Moore, muerto en la Batalla de Elviña en 1809 luchando mientras defendía el embarco del ejército inglés frente a las tropas napoleónicas francesas del general Soult.
En el Jardín de San Carlos numerosas especies de árboles tanto autóctonos como exóticos están presentes en el jardín, del que destacan dos gigantescos olmos centenarios. También hay placas homenaje a los 172 oficiales y hombres de la Armada Real Inglesa que murieron en el naufragio del buque «Serpent» cerca de Cabo Villano el 10 de noviembre de 1890.
El General inglés Lord Wellington dirigió una proclama al ejército en el Cuartel General de Lesaca el 4 de septiembre de 1813 tras la Batalla de San Marcial del 31 de agosto de ese mismo año, recordada en San Carlos, en la que elogiaba al ejército que él mismo mandaba. «Españoles: dedicaos a imitar a los inimitables gallegos”, decía Wellington. El Ayuntamiento, a propuesta del entonces alcalde Manuel Casas, acordó colocar el 14 de julio de 1927 unas lápidas que recogen el poema que Rosalía de Castro dedica al Sir John Moore, en gallego y en inglés, que se titula «En la tumba del General Sir John Moore».
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