Las murallas de Salvaterra, originarias del S.X y XI, son testigo de numerosos enfrentamientos entre Portugal y el Reino de Castilla a lo largo de toda la Edad Media y posteriormente de las luchas territoriales entre las tropas españolas y portuguesas hasta el S.XVII. En el contexto de la Guerra de Restauración, el castillo de Salvatierra perteneció a Portugal, será en esta época cuando se mejoren las defensas del castillo con nuevas murallas y fortalecidos baluartes. Una vez que el castillo vuelve a manos españolas en 1659 se ordena la demolición de diversas partes de éstas construcciones defensivas, quedando sólo en pie la Atalaya de San Pablo de Porto.