El parto del Museo Domus ha marcado a las generaciones más jóvenes de Galicia. Sin duda es una de esas imágenes que se te quedan grabadas en la retina cuando eres niño. Se trata de un vídeo que reproduce fotograma a fotograma un parto real. Es uno de los elementos más llamativos de la Domus, pero no el único. La Casa del Hombre no deja indiferente, y tras tu paso por este museo interactivo aprenderás algún dato curioso, pondrás a prueba tus reflejos, experimentarás con todos tus sentidos y mucho más.
Tamara Novoa Alonso
Fotografía: Pío García
El Museo Domus. Se trata del museo interactivo más importante de Galicia y también uno de los que más visitantes recibe, cerca de cien mil personas cada año. Es uno de los preferidos entre los más pequeños, pero también ha creado afición entre los mayores. Es, además, el primer museo interactivo del mundo que trata de forma global y monográfica el ser humano. Su objetivo es que nos conozcamos a nosotros mismos como individuos y como especie, explorando aspectos que nos caracterizan como humanos de una forma divertida.
El Museo Domus está dividido en áreas temáticas: genética, evolución humana, sentidos, locomoción y mente e inteligencia. No es un museo convencional, así que el visitante lo recorre en el orden que elija, cada uno diseña su ruta a base de investigar y «fuchicar», como diríamos los gallegos, un término intraducible a medio camino entre enredar, toquetear e investigar.
En la entrada nos recibe una reproducción de la Gioconda de Leonardo da Vinci, de dos por tres metros, realizada con más de diez mil rostros de personas de todas las edades, procedencias y condiciones, que enviaron su fotografía desde ciento diez países diferentes. Este collage pretende poner de relieve las diferencias y similitudes entre unos y otros, toda una alegoría de la diversidad humana. El Museo Domus siempre ha tratado de interactuar con su público y el de la Gioconda es un claro ejemplo, pero hay más. La exposición Juego de neuronas está coronada por una colorida red neuronal elaborada con neuronas creadas en su mayor parte por escolares gallegos; otro ejemplo es la sección dedicada al primer coruñés del año.
En tu paso por el Museo Domus descubrirás datos curiosos: ¿sabías que gorilas, orangutanes, chimpancés y seres humanos compartimos más del noventa y siete por ciento de nuestra información genética? La explicación a esta pregunta la encontramos en la sección dedicada a la evolución humana. Aquí está la familia presumida, una escenografía con modelos de diferentes especies: Homo neanderthalebsis, Homo habilis, Homo erectus, Australopithecus afarensis… El visitante, que representa a la especie Homo sapiens, se puede colocar entre ellos y hacerse una foto en familia.
Entre los favoritos está el corazón de seis metros de altura, cuyo interior debemos atravesar, ya que ocupa una encrucijada en el recorrido. Dentro observaremos el trajín de las válvulas que conectan ventrículos y aurículas y escucharemos el latido que producen. Otra de las sensaciones del museo es el famoso penalti, donde comprobaremos a qué velocidad somos capaces de chutar el balón. También podemos comparar nuestra estatura con la del hombre más alto del mundo en 1995 (año en el que se inauguró el museo), que era Robert Peishing y medía 2,72 metros. Todo esto lo completan una sala de cine Imax abierta al público diariamente y un laboratorio en el que se elaboran talleres para niños, quienes se convierten por un día en pequeños científicos.
Uno de los grandes atractivos del Museo Domus es el edificio en sí mismo y el lugar en el que está emplazado. Obra del japonés Arata Isazaki, se caracteriza por la combinación de grandes espacios y amplias cristaleras desde las que tenemos unas vistas excepcionales de A Coruña y el océano Atlántico, porque el museo está construido sobre el mar en un extremo de la playa de Riazor. Todo un lujo para la vista.
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