Marruecos es un imán por el que me dejo atraer con alguna frecuencia y jamás me decepciona. En esta ocasión voy a visitar la ciudad de Ouarzazate, a la que llaman “puerta del desierto de Marruecos”. ¿Te vienes? Ouarzazate es una ciudad con una población de unos sesenta mil acogedores habitantes, situada al sur del país, a la entrada del desierto. Ojalá que te guste tanto como a mí. Acompáñame y te enseño qué ver en Ouarzazate. Es un destino de cine, ya verás.
Amara Castro Cid
Fotografía: Pío García
Kasbah de Taourirt
Como punto de partida, quiero enseñarte mi lugar favorito de Ouarzazate, la joya de la zona. En el pueblo amurallado de adobe llamado Taourirt, está la Kasbah de Taourirt. Una kasbah es un espacio fortificado que servía de residencia a una familia poderosa. Esta fortaleza de adobe, flanqueada por torres almenadas, se construyó en el siglo XVIII para dar apoyo a la ruta del oro entre Marrakech y Tumbuctú.
Me adentro en sus laberínticos pasillos y escaleras. A medida que avanzo, en cada una de las salas me voy imaginando cómo sería la vida diaria de los habitantes de antaño. Me fijo en los detalles porque entre estas paredes, llenas de Historia y de historias, todo es digno de la mayor de las atenciones.
Arcos, columnas y techos ornamentados, frescos patios y repujadas puertas y celosías llaman la atención de mi cámara en el interior. Pero es en el exterior donde más disfruto haciendo fotos. Ven conmigo y déjame que te muestre las siluetas que la Kasbah de Taourirt va dibujando sobre el cielo. ¿A que no es de extrañar que esta fotogénica ciudad se haya convertido en escenario de tantas películas?
Callejeando por Ouarzazate
Para seguir descubriendo Ouarzazate voy a llevarte por sus calles salpicadas de palmeras y olivos. Quiero que te empapes de sus colores. Tal vez tu retina encuentre alguno que no había visto antes. Aquí, cualquier tono se vuelve más intenso con la paleta de marrones rojizos de la tierra como fondo.
La ciudad es un importante enclave como punto de partida y regreso para quien se dirige al desierto. Turistas de todas las nacionalidades conviven con los habitantes de Ouarzazate en las terrazas de plazas y avenidas. Paseo por la Avenida Mohamed V y, justo detrás, en la zona peatonal “El Príncipe”, donde hay tiendas, hoteles y restaurantes, me siento en una de las terrazas y me tomo el té que me recomienda un atento camarero para reponer fuerzas del viaje. Con las energías renovadas, encamino mis pasos al zoco, ¿me acompañas?
Zoco de Ouarzazate
Me dirijo al zoco, que es como se denomina a los mercados tradicionales de los países árabes. No es solo un lugar de compraventa, sino también un espacio con vida propia que genera actividades a su alrededor. Por eso, el zoco de Ouarzazate es un buen lugar para tomarle el pulso a la ciudad, ¿no te parece?
Inmerso en deliciosos olores como el de la cúrcuma o la canela, me pierdo entre artesanía y tradición, entre tejidos y alfombras con diseños geométricos típicos de la cultura bereber. Los vendedores me ofrecen sus productos con una sonrisa y algo de conversación. Me decido por un poco de la famosa mezcla de especias de Ras el Hanout. Regateo, por aquello de donde fueres haz lo que vieres…
Habiendo acordado un precio muy justo, me llevo a casa el condimento estrella de los platos marroquíes. Cada familia tiene su propio modo de mezclar las más de cuarenta especias posibles para hacer el Ras el Hanout, pero el mercader me ha asegurado que ninguna es tan buena como la suya y lo cierto es que huele tan bien que no me cabe la menor duda.
Estudios de cine Atlas
¿Qué te parecería ir a visitar una pequeña ciudad y encontrarte por sus calles a actores de la talla de Brad Pitt? Esto podría sucederte en Ouarzazate. Porque no se puede hablar de Ouarzazate sin hablar de cine. No en vano, esta población ha sido escenario de series como Juego de Tronos o películas como Lawrence de Arabia, Gladiador, Astérix y Obélix, o Babel.
Visito con agrado los estudios de cine Atlas. Tanto en platós interiores como en escenarios al aire libre, sueño despierto y me convierto en actor moviéndome por decorados de la antigua Roma, Grecia, Egipto o el Tibet. Dicen que es uno de los mayores estudios del mundo. Los cinéfilos harán aquí sus delicias y a los no tan entendidos en el séptimo arte les encantará descubrir algunos de los secretos que guarda este espacio.
Museo del cine en Ouarzazate
Para los amantes del cine todavía hay más tesoros que ver en Ouarzazate. En el Museo del Cine me recibe una gran portada custodiada por cuadrigas y sarcófagos de faraones.
Al pasar bajo el arco me encuentro en una superficie de nada más y nada menos que dos hectáreas de terreno que nacieron de manos de arquitectos italianos, en 1982, para el rodaje de películas ambientadas en la Edad Antigua. A partir de 2017 este espacio se convirtió en Museo Nacional del Cine.
Además de espectaculares decorados, en sus salas encuentro parte del atrezo de grandes producciones. Me detengo especialmente en las zonas dedicadas al material de rodaje, desde la época del cine mudo hasta la actualidad. Me rodean focos y mesas de montaje y edición de imagen y sonido de varias épocas de la Historia del séptimo arte. Además, cuenta con una buena colección de cámaras antiguas. No se puede pedir más, ¿no crees?
¡Hasta pronto, Ouarzazate!
Me despido de Ouarzazate hasta la próxima visita. Echaré de menos el ambiente de sus calles, el cielo estrellado de sus noches, el aroma de las infusiones recién hechas, el sabor del cuscús cocido al vapor en el alcuzcucero, la brisa cálida, el color de la tierra, la sombra de las palmeras y, sobre todo, la hospitalidad de sus gentes.
Y tú, ¿ya sabes cuándo vas a animarte a venir? No te pierdas este viaje que te hará sentir que estás dentro de la gran pantalla. La ciudad de Ouarzazate te espera para abrirte las puertas del desierto y llevarte a escenarios de película.
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