Proporcionaba luz a Ourense y a Monforte, fue la primera central eléctrica de la provincia auriense y hoy en día es el punto de partida de la Pasarela del río Mao. Hablamos de la antigua fábrica de luz de este cauce, en el municipio de Parada do Sil. Con una extensión de poco más de tres kilómetros, esta ruta discurre en su mayor parte por pasarelas elevadas en el cañón del Mao. Su recorrido, recomendado tanto para realizar individualmente como en familia, está señalizado y te permitirá adentrarte, pisando firme, en los encantos de la popular Ribeira Sacra, todo un emblema del turismo de Galicia.
El trazado que te propone la Pasarela del río Mao es un sendero de carácter circular. Una vez que lo inicies, irás descendiendo sobre el desfiladero del río Mao por pasarelas construidas en madera y suspendidas en el cauce, que se extienden durante más de la mitad del tramo. Así como te las imaginas, entre montañas y literalmente en el aire, este paseo te invita a perderte por el interior de Galicia en un camino que te lleva hacia la vegetación autóctona, el ambiente más natural y unas vistas que no te dejarán indiferente. Verás, además, cómo el agua se cuela entre rocas cubiertas de musgo, símbolo vivo del húmedo clima gallego.
Para facilitarte el recorrido de la Pasarela del río Mao, en los tramos de más pendiente, el sendero presenta escaleras que salvan el desnivel. Estas características hacen de esta ruta, de dificultad catalogada como baja, un recorrido muy apropiado para el senderismo. Justo cuando llegues a la zona en la que el Mao desemboca en el río Sil, afluente del Miño, encontrarás el tramo final de este paseo fluvial, ya sin pasarelas. A continuación, el recorrido propone seguir un sendero hasta el punto conocido como Barxacova, desde donde la carretera te llevará de nuevo hasta la fábrica de la luz en la que inicias el camino.
La Pasarela del río Mao, se trata, por su tipología y la zona en la que se ubica, de una ruta recomendada con independencia de la estación del año. En plena Ribeira Sacra, entre las provincias de Ourense y Lugo, esta zona comprende las riberas de los mencionados cauces Sil y Miño. Conocida especialmente por sus cañones, profundos cauces originados por las aguas fluviales y con grandes desniveles, la zona presenta otros muchos atractivos. Sus monumentos son uno de ellos.
Así, si te encuentras en esta tierra tienes algunos puntos cuya visita es más que aconsejable. Destacan, por ejemplo, la necrópolis de San Lorenzo, en Parada do Sil. Las tumbas de este conjunto, labradas en piedra y con vistas al cañón del río Mao, se encuentran en plena montaña. La ermita y cruceiro de A Teixeira o la iglesia de San Pedro de Rocas, excavada en la roca, son otros enclaves que sorprenden al visitante en un recorrido por la arquitectura eclesiástica que tiene en los monasterios de San Esteban de Ribas de Sil y Santa Cristina de Ribas del Sil dos paradas casi obligadas, tanto por su belleza exterior como por su riqueza interior.
Y junto a la posibilidad de contemplar estos monumentos, esta parte de Galicia ofrece a sus viajeros una opción que aúna cultura y gastronomía: la cata de sus vinos. La Denominación de Origen Ribeira Sacra comprende cinco subzonas: Chantada, Quiroga-Bibei, Amandi, Ribeiras do Sil y Ribeiras do Miño. Designada en 1997 y con más de dos mil viticultores dedicados a su producción, entre sus variedades destacan por ejemplo la oureira, treixadura, godello, dona blanca, albariño, torrontés, mencía, brancellao o merenzao.
En definitiva, recorrer la Pasarela del río Mao supone una completa inmersión en la Galicia interior. Naturaleza, historia y oferta culinaria son tres pilares de un turismo que tiene, en su trato al viajero, el cuarto de sus sustentos.
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