Ribadavia cuenta con restos de unas antiguas murallas. Comenzaron a levantarse en el siglo XII, continuando su construcción durante el XIV y el XV. Ya en el XIX, concretamente en 1832, se decidió su demolición. Las dificultades económicas, afortunadamente para nosostros, impidieron que fueran derruidas en su totalidad. El muro alcanza, en algunos puntos, los 5,50m de altura. Se conservan tres de las cinco puertas originales. La Porta da Cerca, frente a la Alameda, es la salida hacia el oeste. La Porta Nova o de Celanova, hacia el sur, señala el camino hacia el Miño. La Porta Falsa o Postigo, hacia el sureste, lleva al molino. 
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