El Puente Romano de Ourense, testigo silencioso de milenios, ha sido el escenario de interminables historias. En sus días más primitivos, era un modesto paso al margen de la ciudad, un cruce esencial para viajeros, comerciantes y peregrinos. Incluso, su condición solitaria le ganó fama de refugio de maleantes. Sin embargo, su papel en la historia de Ourense ha sido mucho más significativo.
Un legado arquitectónico romano
Construido por los romanos, este puente ha experimentado múltiples cambios y reparaciones debido a los desafíos que presenta su diseño original. Se cree que el arco central, de extraordinaria amplitud, provocó problemas de estabilidad que se prolongaron durante la Edad Media. A pesar de las dificultades, este majestuoso puente se mantiene firme y elegante, desafiando el paso del tiempo.
Un nexo histórico: El Puente Romano de Ourense
La elección de este lugar para la construcción de tan importante obra de ingeniería tuvo un impacto decisivo en la vida de miles de personas. Durante siglos, el Puente Romano de Ourense ha sido el único cruce del río Miño en varios kilómetros a la redonda. Esta imponente estructura, conocida también como Ponte Vella, Ponte Maior o simplemente A Ponte, es un símbolo de la ciudad y aparece incluso en su escudo.
El Puente Romano de Ourense a lo largo de los siglos
Se piensa que la construcción del puente comenzó en el siglo I, durante el reinado de Trajano, aunque hay quienes defienden que fue durante el de Augusto. En cualquier caso, de su estructura original se conservan apenas algunas piedras en la base. En el siglo XII, el puente fue reconstruido, incorporando arcos apuntados y rampas. La estabilidad final se logró en el siglo XVII. Lamentablemente, una de las torres del puente fue demolida en el siglo XIX, pero su recuerdo sigue vivo en el escudo de la ciudad.
El Puente Romano de Ourense: Un reclamo para el turismo
El puente es un destino imperdible para quienes deseen viajar a Ourense. Con una altura de 38 metros sobre el nivel del río, ofrece una vista panorámica impresionante. La ciudad ofrece un atractivo irresistible para el turismo, con este puente como uno de sus principales reclamos. Hasta la construcción del Puente Nuevo, fue el único paso en varios kilómetros, con un anexo para barcas llamado Porto Auriense.
En definitiva, El Puente Romano de Ourense es un monumento cargado de historia y belleza, un legado de la ingeniería romana y una auténtica joya que atrae a miles de personas cada año. El recorrido por el puente es como hacer un viaje en el tiempo, un camino que nos lleva desde los días de la Roma antigua hasta el presente, recordándonos la fuerza y resistencia de aquellos que construyeron este impresionante testigo de la historia.
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