¿Te gustaría saber qué ver en Faro para disfrutarla al máximo? Hacer turismo en esta espléndida ciudad portuguesa es una experiencia inolvidable. Sus calles están llenas de historia y cuenta con una arquitectura que te transportará a otra época. Además, la ciudad cuenta con un puerto deportivo y, muy cerca del casco histórico, podrás visitar la isla da Barreta. Acompáñanos y descubre con nosotros los rincones más interesantes de esta localidad.
Marina de Faro: el principio del recorrido
Nuestra visita a la ciudad de Faro comienza en el puerto deportivo. Se trata de una de las zonas más turísticas de la ciudad. En los alrededores, encontrarás multitud de tiendas de souvenirs y artículos de regalo. Además, en este lugar nunca falta el ambiente. Está lleno de bares y restaurantes para disfrutar de un buen vino o de unos aperitivos.
Qué ver en Faro: Arco da Vila
Aún nos queda lo mejor. Para visitar Faro, lo mejor es acceder al casco antiguo por el Arco da Vila. Su construcción data del siglo XIX y ha sido, históricamente, una de las puertas de entrada a la ciudad. Este era el principal acceso siempre que se llegaba por mar, ya que está muy cerca del puerto. Viajar hasta aquí por mar tenía que ser toda una experiencia.
Sobre el arco de entrada, encontrarás una representación de Santo Tomás de Aquino y, ya en el interior, contemplarás los restos de la antigua puerta árabe. Aquí se situaban las antiguas murallas musulmanas de la ciudad. El buen estado de conservación de este monumento lo convierte en un ejemplo único de este tipo de arquitectura en el país luso.
Qué ver en Faro: Ayuntamiento
La siguiente parada del recorrido la haremos en el ayuntamiento. La Cámara Municipal de Faro es uno de sus edificios más representativos. Se trata de una construcción sencilla, con dos plantas y con tres arcos en su parte inferior. Fue construido en el año 1883, pero antes de aquella época, este lugar ya albergaba el edificio antiguo. De hecho, Faro es una ciudad con más de 2000 años de historia. Los romanos se establecieron durante muchos años en este enclave, considerado uno de los más importantes de Portugal.
Su cercanía con el mar suponía una ventaja muy importante para el comercio. En el siglo VIII, los árabes llegaron a sus puertas y la conquistaron. 500 años más tarde, los cristianos recuperaron la plaza. Poco antes de la construcción del actual ayuntamiento, fue nombrada capital del Algarve, estatus que todavía conserva hoy en día.
Pasando por el Palacio Episcopal
Junto al ayuntamiento te encontrarás el Palacio Episcopal. Si te preguntas qué ver en Faro, este edificio del siglo XVII es de visita obligatoria. Lo encontrarás junto a la catedral de la ciudad. Poco después de que concluyese la obra, en el año 1755, se vio seriamente afectado por el grave terremoto de Lisboa. La capital portuguesa quedó reducida a escombros tras aquel suceso, pero por suerte, la distancia entre ambas ciudades permitió que este edificio siguiese en pie.
Tuvo que ser sometido a una importante reforma, pero todavía conserva su esencia original. Una de sus características más destacables está en su interior. Podrás contemplar un conjunto único de azulejos de origen barroco que te dejarán sin palabras.
Qué ver en Faro: Catedral de Faro
La catedral, anexa al palacio, se levantó varios siglos antes sobre las ruinas de una antigua mezquita. Poco después de la reconquista portuguesa, en 1251, ordenó su construcción el arzobispo de Braga. Las tropas británicas la quemaron y saquearon en el siglo XVI y, al igual que el Palacio Episcopal, fue necesaria su reconstrucción tras el terremoto de Lisboa.
Una de las principales atracciones es la capilla de los huesos, una pequeña sala que contiene los restos de aproximadamente 1.200 monjes. Además, su decoración macabra es impactante, pero a la vez fascinante.
Sin duda, de los muchos lugares que ver en Faro, es uno de los más interesantes. El órgano ubicado en su interior, junto a unos interesantes conjuntos tallados en madera, son una visita imprescindible. Uno de los detalles que llama la atención es su campanario, cuya construcción se encuentra incompleta.
Sin embargo, en los últimos años, se ha llevado un profundo proceso de restauración. En la actualidad, es posible que disfrutemos de sus retablos dorados, paredes con azulejos y, especialmente, de la vista que se puede apreciar subiendo a la torre. Además, el precio de la entrada es realmente económico.
Qué ver en Faro: Porta Nova
El arco da Porta Nova es la salida del casco antiguo de la ciudad. Deberemos atravesarlo para continuar el paseo por Faro. Este lugar, que ya era utilizado por los romanos para entrar y salir de la ciudad intramuros, fue remodelado siglos más tarde. La puerta actual data del siglo XV.
Final del paseo en la isla da Barreta
Para finalizar nuestra visita y ayudarte a tener claro qué ver en Faro, vamos a acercarnos a la isla da Barreta. En este lugar, encontrarás una playa preciosa rodeada de naturaleza. Además, no es una zona demasiado frecuentada por turistas, por lo que suele permanecer tranquila durante todo el año. Si acudes en verano, tendrás la oportunidad de disfrutar de un baño refrescante.
Visitar la isla también te permitirá observar la gran cantidad de aves que se dan cita en este enclave. Además, si quieres llegar hasta la arena, te recomendamos que pases por la magnífica pasarela de madera que atraviesa el lugar.
Probablemente, no solo quieres saber qué ver en Faro, sino qué comer. Antes de terminar tu escapada, te recomendamos una parada en el restaurante Estaminé. Llegarás hasta aquí también a través de una pasarela. Desde lejos, vislumbrarás lo que te parecerá un edificio completamente aislado. Sin embargo, en su interior podrás disfrutar del mejor choco del sur de Portugal. Pero no todo es pescado. La carne es otra de las especialidades de este establecimiento. Una de las más exquisitas que probarás es el rabo de toro.
Además, si quieres endulzar tu experiencia gastronómica, nada mejor que una sangría para acompañar a la comida y una fatia de Santa Clara, un postre típico de la zona.
Como puedes comprobar, hacer turismo en Faro es algo único. Ahora que ya sabes qué ver en Faro, estamos seguros de que este puede ser uno de tus viajes más inolvidables. Las calles de su casco histórico están repletas de edificios medievales y con detalles de gran valor. Su catedral, aunque pequeña, te hará volver al pasado y te obligará a interesarte por lo que ha sucedido en su interior tiempo atrás. Además, a lo largo del recorrido que acabamos de hacer, podrás irás descubriendo otros pequeños rincones llenos de encanto que te enamorarán de Faro.
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