Malta es un destino fascinante lleno de historia, belleza natural y cultura vibrante. Si te preguntas qué ver en Malta, este itinerario de 10 días te llevará por los lugares más emblemáticos y encantadores de este archipiélago del Mediterráneo. Desde las calles barrocas de La Valeta hasta las aguas cristalinas de la Laguna Azul, cada rincón de Malta ofrece una experiencia única e inolvidable. Acompáñanos en este recorrido para descubrir los secretos y maravillas que hacen de Malta un destino turístico imprescindible.
Explorando La Valeta: La joya barroca
Empezamos nuestra aventura en la capital, La Valeta. Esta ciudad, fundada en el siglo XVI por la Orden de San Juan, es un auténtico museo al aire libre. Sus calles estrechas y empedradas están llenas de edificios barrocos, palacios, iglesias y plazas pintorescas. Uno de los primeros lugares que visitamos es la Concatedral de San Juan, una obra maestra del barroco que alberga impresionantes frescos y dos de las más famosas obras de Caravaggio. El interior de la catedral es un verdadero espectáculo de mármol tallado y dorado, dejando a los visitantes sin aliento ante su majestuosidad.
Seguimos explorando la ciudad y llegamos al Palacio del Gran Maestre, un edificio imponente que ahora es la sede del Parlamento maltés. Aquí, las habitaciones están decoradas con tapices flamencos y armaduras antiguas, mostrando la riqueza histórica de Malta. Para disfrutar de unas vistas panorámicas impresionantes, nos dirigimos a los Jardines de Barrakka. Desde aquí, se puede observar el Gran Puerto y las Tres Ciudades, un paisaje que parece sacado de una postal.
La Valeta no solo es rica en historia, sino también en gastronomía. Encontramos una joya culinaria en «Nenu the Artisan Baker», un restaurante especializado en la cocina maltesa. Probamos el ftira, una especie de pizza maltesa con ingredientes frescos y locales. La experiencia gastronómica en La Valeta es una delicia para los sentidos, combinando sabores mediterráneos con un toque único de la isla.
Qué ver en Malta: Mdina y Rabat
Nuestro segundo día en Malta nos lleva a Mdina, la antigua capital conocida como «La Ciudad del Silencio». Al entrar por la Puerta de Mdina, somos transportados a una época medieval con sus callejones estrechos y edificios antiguos. La Catedral de San Pablo, con su fachada barroca y su cúpula impresionante, es un punto destacado de la ciudad. En el interior, los frescos y las obras de arte son testimonio del rico patrimonio religioso de Malta.
Explorando más allá de Mdina, llegamos a Rabat, una ciudad llena de historia y cultura. Visitamos las Catacumbas de San Pablo y Santa Ágata, una red de túneles subterráneos utilizados en la antigüedad como lugares de enterramiento. Estas catacumbas ofrecen una fascinante visión de las prácticas funerarias y la vida religiosa de los primeros cristianos en Malta. Para un almuerzo tranquilo, nos dirigimos a «Fontanella Tea Garden», famoso por sus deliciosos pasteles y vistas espectaculares desde la terraza.
Mdina y Rabat no solo son ricas en historia, sino también en belleza arquitectónica y paisajes. Las vistas desde las murallas de Mdina son impresionantes, abarcando campos verdes y el horizonte del mar Mediterráneo. Esta parte de Malta ofrece una experiencia única, combinando el encanto del pasado con la serenidad de sus paisajes.
Descubriendo Gozo: Historia y naturaleza
El tercer día nos lleva a la isla hermana de Malta, Gozo. Tras un corto trayecto en ferry, llegamos a esta isla más tranquila y rural, famosa por sus paisajes naturales y sitios arqueológicos. Nuestra primera parada es la Ciudadela en Victoria, una antigua fortaleza que ofrece vistas de 360 grados de toda la isla. Pasear por las murallas y callejuelas de la Ciudadela es como retroceder en el tiempo, con su arquitectura medieval y su ambiente tranquilo.
No te pierdas el templo de Ggantija, uno de los templos megalíticos más antiguos del mundo, que data de entre 3600 y 3200 a.C. Este sitio arqueológico es impresionante no solo por su antigüedad, sino también por su tamaño y la precisión con la que fue construido. Los templos de Ggantija son una maravilla de la ingeniería prehistórica y ofrecen una visión fascinante de las primeras civilizaciones en Malta.
Para disfrutar de la belleza natural de Gozo, visitamos las salinas de Marsalforn y la Bahía de Dwejra. Las salinas, que han sido utilizadas desde la época romana, son un paisaje único donde se puede ver el proceso tradicional de recolección de sal. La Bahía de Dwejra, con su famosa Ventana Azul (Azure Window) antes de su colapso, sigue siendo un lugar espectacular para explorar, con formaciones rocosas impresionantes y aguas cristalinas ideales para el snorkel y el buceo.
Para comer, «Ta’ Karolina» en Xlendi ofrece mariscos frescos con vistas al mar. Disfrutar de una comida con vistas a la bahía es la manera perfecta de terminar un día de exploración en Gozo. Sin duda, cuando te preguntas qué ver en Malta, la isla de Gozo debe estar en tu lista.
Marsaxlokk y la Laguna Azul: Relajación costera
La tranquilidad del cuarto día se encuentra en Marsaxlokk, un pintoresco pueblo de pescadores famoso por su mercado de pescado y sus coloridos luzzus (barcos tradicionales). Este lugar es ideal para pasear por el puerto, observar los barcos pintados con ojos de Osiris y empaparse del ambiente local. El mercado de pescado, especialmente activo los domingos, es una explosión de colores y aromas, con puestos que venden todo tipo de mariscos frescos y productos locales.
Para degustar algunos de los mariscos más frescos de Malta, nos dirigimos a «Tartarun Fish Restaurant». Aquí, los platos son una celebración del mar Mediterráneo, con ingredientes frescos y recetas tradicionales maltesas. Después de un delicioso almuerzo, nos dirigimos a la cercana Isla de Comino para disfrutar de la famosa Laguna Azul.
La Laguna Azul es conocida por sus aguas cristalinas de un azul intenso, ideales para nadar y hacer snorkel. Pasar la tarde en este paraíso acuático es una experiencia inolvidable. La pequeña isla de Comino, prácticamente deshabitada, ofrece una escapada tranquila y pintoresca, perfecta para relajarse y disfrutar de la naturaleza. Las formaciones rocosas y cuevas submarinas son un paraíso para los amantes del snorkel y el buceo.
Templos Megalíticos y la Gruta Azul
La visita a los Templos de Ħaġar Qim y Mnajdra nos transporta al pasado remoto de Malta. Estos complejos megalíticos, construidos entre 3600 y 3200 a.C., son testimonio de la avanzada arquitectura y cultura de los antiguos habitantes de Malta. Los templos están alineados con precisión astronómica, lo que sugiere un profundo conocimiento de los ciclos solares y lunares. Pasear por estos sitios arqueológicos es una experiencia fascinante, imaginando cómo vivían y trabajaban las comunidades prehistóricas.
A pocos kilómetros de los templos, encontramos la Gruta Azul, una serie de cuevas marinas conocidas por el intenso color azul de sus aguas. Tomar un paseo en barco por la Gruta Azul es imprescindible, ya que permite observar de cerca las impresionantes formaciones rocosas y el juego de luces y sombras en el agua. Este fenómeno natural es especialmente espectacular en las primeras horas de la mañana, cuando el sol ilumina directamente la entrada de la cueva.
Para almorzar, nos dirigimos a «Il-Merill» en el cercano pueblo de Marsaxlokk. Este restaurante es famoso por su cocina maltesa casera y su ambiente acogedor. Disfrutar de platos tradicionales como el lampuki (pez dorado) o el coniglio (conejo) mientras contemplamos el mar es la manera perfecta de concluir la visita a esta región.
Marsascala y el Palacio Verdala: Entre mar y campo
La aventura continúa en Marsascala, un encantador pueblo costero en el sureste de Malta. Aquí, las bahías tranquilas y las aguas cristalinas invitan a un día de relajación y disfrute del mar. Paseamos por el paseo marítimo y visitamos el puerto, donde los barcos de pesca y los yates se balancean suavemente. Para almorzar, elige «La Spiaggia», conocido por sus mariscos frescos y vistas al mar.
Después, nos dirigimos al Palacio Verdala, situado en los jardines de Buskett, uno de los pocos bosques en Malta. Este palacio del siglo XVI es la residencia oficial de verano del presidente de Malta y, aunque no siempre está abierto al público, su entorno es perfecto para un paseo relajante. Los jardines de Buskett son ideales para hacer un picnic o simplemente disfrutar de la naturaleza.
Sliema y St. Julian’s: El corazón moderno de Malta
El séptimo día, nos encontramos en Sliema y St. Julian’s, las zonas más modernas y vibrantes de Malta. Estas áreas son conocidas por sus centros comerciales, restaurantes, bares y una animada vida nocturna. Comienza tu día con un paseo por el paseo marítimo de Sliema, disfrutando de las vistas al mar y la arquitectura contemporánea. Las tiendas y boutiques de Sliema te ofrecerán una excelente oportunidad para comprar recuerdos y productos locales.
En St. Julian’s, la bahía de Spinola es un lugar pintoresco para almorzar. El restaurante «Peppino’s» ofrece una excelente selección de platos italianos y malteses con vistas al puerto. Por la noche, dirígete a Paceville, el centro de la vida nocturna de Malta, donde encontrarás una gran variedad de bares, clubes y discotecas para todos los gustos. Estos lugares son esenciales si estás buscando qué ver en Malta y disfrutar de la vida moderna y vibrante de la isla.
Tarde de historia en Tarxien y la gruta de Ghar Dalam
El octavo día nos lleva a los Templos de Tarxien, un impresionante complejo megalítico que data de entre 3600 y 2500 a.C. Estos templos son famosos por sus elaboradas esculturas y relieves que ofrecen una visión única de la prehistoria de Malta. A poca distancia, se encuentra la Gruta de Ghar Dalam, una cueva que contiene los restos fósiles de animales extintos y evidencia de los primeros asentamientos humanos en Malta.
Después de una mañana inmersa en la historia, disfruta de un almuerzo en «Diar il-Bniet», un restaurante en la cercana ciudad de Dingli que sirve comida tradicional maltesa hecha con ingredientes frescos y locales.
Isla de Manoel y el Teatro Manoel: Cultura y espectáculo
La Isla de Manoel, situada en el puerto de Marsamxett, es nuestro destino para el noveno día. Esta pequeña isla alberga el fuerte de Manoel, una fortaleza del siglo XVIII que ofrece vistas panorámicas del puerto y la ciudad. La isla es un lugar tranquilo y menos visitado, perfecto para un paseo relajante.
De vuelta en La Valeta, pasamos la tarde en el Teatro Manoel, uno de los teatros más antiguos de Europa todavía en uso. Este teatro barroco ofrece una variedad de espectáculos, desde óperas hasta conciertos y obras de teatro. Asegúrate de comprobar la cartelera y reservar entradas para una experiencia cultural inolvidable. Cena en «Rampila», un restaurante situado en las murallas de La Valeta, donde puedes disfrutar de una comida deliciosa con vistas a la ciudad.
El Gran Final en Gozo: Aventura y descanso
Para nuestro último día, volvemos a Gozo para explorar lo que no pudimos ver antes. Comienza con una visita a la bahía de Ramla, famosa por su playa de arena roja y sus aguas cristalinas. Este es el lugar perfecto para relajarse y disfrutar del sol. La isla de Gozo es un lugar esencial cuando piensas en qué ver en Malta.
Después, dirígete al Valle de Wied il-Għasri, un estrecho cañón que se adentra en el mar, ideal para una caminata escénica y fotos impresionantes. Termina el día en Xewkija, visitando la Rotonda de Xewkija, la iglesia más grande de Gozo con su impresionante cúpula que ofrece vistas panorámicas de la isla.
Para una cena de despedida, «Ta’ Philip» en Ghajnsielem es una excelente elección, con su enfoque en platos malteses tradicionales y una atmósfera acogedora.
Este itinerario de 10 días en Malta asegura una experiencia completa y diversa, llena de historia, cultura, naturaleza y deliciosa gastronomía. Si te preguntas qué ver en Malta, este viaje te proporcionará recuerdos inolvidables y una comprensión profunda de este encantador destino mediterráneo.
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