Rumania, un destino en Europa del Este, ofrece una mezcla única de belleza natural, rica historia, impresionante arquitectura y una vibrante cultura gastronómica. Al planificar un viaje de 10 días para descubrir todo lo que este país tiene para ofrecer, es esencial conocer en profundidad las maravillas que se pueden encontrar en cada esquina. Aquí te llevamos por un recorrido detallado de los lugares imprescindibles que ver en Rumania, abarcando desde sus majestuosos castillos y monasterios hasta sus encantadoras ciudades y tradiciones culinarias.
Llegada a Bucarest
Comenzamos nuestro viaje en la capital, Bucarest. Conocida como la «Pequeña París», Bucarest es un destino imperdible cuando buscas qué ver en Rumania. La primera parada obligada es el Palacio del Parlamento, uno de los edificios administrativos más grandes del mundo, que refleja la arquitectura comunista. Este gigantesco edificio tiene más de 1.100 habitaciones y su construcción fue una de las más costosas de la historia. No muy lejos, el casco antiguo ofrece un contraste con sus calles adoquinadas, edificios históricos y la vibrante vida nocturna. Pasear por la Calle Lipscani te permitirá descubrir una mezcla de tiendas de antigüedades, galerías de arte y cafés.
El Museo Nacional de Historia de Rumania es otro punto destacado, donde se puede explorar la evolución del país a través de exposiciones detalladas, incluyendo el Tesoro Nacional y los restos del Columna de Trajano. Además, el Museo del Campesino Rumano ofrece una visión fascinante de la vida rural en Rumania a través de sus numerosas exhibiciones de artefactos tradicionales.
En cuanto a la gastronomía, el restaurante Caru’ cu Bere, uno de los más antiguos de Bucarest, es ideal para degustar platos tradicionales como el sarmale (rollos de col rellenos de carne) y la mămăligă (polenta). Para una experiencia culinaria diferente, visita el restaurante Hanul lui Manuc, una posada histórica que data del siglo XIX, donde se sirven deliciosos platos rumanos en un ambiente auténtico.
Explorando Sinaia y el castillo de Peleș
Desde Bucarest, nos dirigimos al noreste hacia la región de Transilvania, famosa por sus leyendas de vampiros y castillos medievales, lo que la convierte en un punto destacado de qué ver en Rumania. Nuestra primera parada es Sinaia, hogar del impresionante Castillo de Peleș. Este castillo, construido en el siglo XIX, es un ejemplo magnífico de la arquitectura neorrenacentista alemana. Sus interiores, ricamente decorados, son una muestra del lujo y la opulencia de la época. Además de los impresionantes muebles y decoraciones, el castillo alberga una extensa colección de armas y armaduras.
Sinaia también es conocida por su Monasterio de Sinaia, fundado en 1695, que alberga una valiosa colección de iconos y manuscritos antiguos. El monasterio está compuesto por dos iglesias: la antigua, que data del siglo XVII, y la nueva, construida a finales del siglo XIX. Ambas son dignas de visitar por su arquitectura y sus hermosos frescos.
Para los amantes de la naturaleza, el Parque Nacional Bucegi, situado cerca de Sinaia, ofrece numerosas rutas de senderismo y vistas espectaculares de los Cárpatos. No te pierdas una visita a las formaciones rocosas de Babele y la Esfinge, formaciones naturales que han dado lugar a diversas leyendas locales.
Descubriendo Brașov
Continuando el viaje, llegamos a Brașov, una de las ciudades más visitadas de Rumania y un lugar imprescindible que ver en Rumania. Brașov es famosa por su Iglesia Negra, una impresionante catedral gótica que domina el centro de la ciudad. La iglesia debe su nombre al incendio que sufrió en el siglo XVII, que dejó las paredes ennegrecidas. Pasear por la Plaza del Consejo, rodeada de coloridas casas medievales y cafés acogedores, es una experiencia encantadora. No muy lejos, se encuentra la Puerta de Schei y la Puerta de Catalina, restos de las fortificaciones que protegían la ciudad.
A pocos kilómetros de Brașov, se encuentra el famoso Castillo de Bran, conocido popularmente como el «Castillo de Drácula». Aunque la conexión con Vlad el Empalador es más una atracción turística que un hecho histórico, la visita al castillo ofrece una fascinante inmersión en la historia y leyendas locales. El castillo alberga un museo que muestra muebles, armas y armaduras de la época medieval.
En Brașov, el restaurante Sergiana es una excelente opción para probar cocina rumana auténtica, destacándose por sus deliciosos platillos de carne y sopas tradicionales. No te pierdas la oportunidad de probar la ciorbă de burtă, una sopa de callos típica de la región.
Que ver en Rumania: Sighişoara y su ciudadela medieval
Siguiendo nuestro recorrido, nos dirigimos a Sighişoara, una de las pocas ciudades fortificadas habitadas de Europa y lugar de nacimiento de Vlad el Empalador. Este destino es esencial cuando te preguntas qué ver en Rumania. La Ciudadela de Sighişoara, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un laberinto de calles empedradas, casas coloridas y torres medievales. La Torre del Reloj, con su museo de historia y vistas panorámicas de la ciudad, es un punto destacado. La ciudad también alberga la Iglesia en la Colina, una iglesia gótica que ofrece vistas impresionantes de Sighişoara y sus alrededores.
El Museo de Armas Medievales, ubicado en una antigua torre de la ciudadela, exhibe una colección de armas y armaduras utilizadas en la región durante la Edad Media. Aquí, el restaurante Casa Vlad Dracul, ubicado en la casa natal del famoso príncipe, ofrece una experiencia culinaria única con platos que combinan tradición e historia. No olvides probar el tochitură, un plato de carne de cerdo estofada con mămăligă y huevo frito.
Maramureș y sus iglesias de madera
Dejamos Transilvania y nos dirigimos hacia el norte, a la región de Maramureș, conocida por su patrimonio cultural y sus iglesias de madera, también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La Iglesia de Bârsana es una de las más impresionantes, con su arquitectura característica y bellos frescos interiores. Otras iglesias notables incluyen las de Ieud Deal y Poienile Izei, cada una con su propio estilo arquitectónico y decoraciones únicas.
Maramureș también es famoso por su cultura rural preservada y su hospitalidad. En este entorno, los turistas pueden disfrutar de la auténtica vida del campo rumano y degustar platos caseros como el tocăniță (estofado de carne) y el balmoș (una variante de la mămăligă) en casas de huéspedes tradicionales. Una visita al Museo de la Vida del Pueblo en Sighetu Marmației te permitirá conocer más sobre las tradiciones y costumbres de esta región.
Monasterios pintados de Bucovina
El viaje continúa hacia Bucovina, famosa por sus monasterios pintados. Estos monasterios, con frescos exteriores que narran escenas bíblicas, son únicos en el mundo. El Monasterio de Voroneț, conocido como la «Capilla Sixtina del Este» por sus vibrantes frescos azules, es una visita imprescindible. El monasterio fue fundado en 1488 por Esteban el Grande y sus frescos datan del siglo XVI.
Otros monasterios notables incluyen Sucevița y Moldovița, cada uno con su propia historia y belleza artística. El Monasterio de Sucevița es famoso por su fresco del «Escalera de las Virtudes», mientras que el Monasterio de Moldovița impresiona con su fresco del «Juicio Final». Ambos monasterios están rodeados por murallas fortificadas que reflejan su importancia histórica y defensiva.
En esta región, la cocina es igualmente rica, y se pueden degustar especialidades locales en restaurantes como Hilde’s Residence en Gura Humorului. Prueba la tochitură bucovineană, una versión regional del estofado de carne, y los papanasi, un postre típico de queso fresco frito y cubierto con crema agria y mermelada.
Delta del Danubio: Un paraíso natural
Finalmente, nuestro recorrido nos lleva al Delta del Danubio, una de las reservas naturales más grandes y mejor conservadas de Europa y un destino imprescindible que ver en Rumania. Este paraíso para los amantes de la naturaleza es hogar de una increíble diversidad de flora y fauna, incluyendo más de 300 especies de aves. Los visitantes pueden disfrutar de paseos en bote por los canales del delta, observando aves y explorando aldeas pesqueras tradicionales. Las excursiones en barco te llevarán por laberintos de canales, lagunas y lagos donde podrás ver cormoranes, pelícanos y garzas.
El Delta del Danubio también ofrece la oportunidad de probar pescado fresco del Danubio preparado de diversas maneras. En la localidad de Sfântu Gheorghe, el restaurante Deltaica es famoso por sus platos de pescado, especialmente el storceag, una sopa de esturión típica de la región.
Sibiu: Capital cultural de Europa
Volviendo hacia el centro del país, llegamos a Sibiu, una ciudad que fue Capital Europea de la Cultura en 2007. Sibiu es conocida por su hermoso casco antiguo, con plazas pintorescas, edificios barrocos y pasajes ocultos. La Plaza Grande (Piața Mare) es el corazón de la ciudad, rodeada por edificios históricos como el Palacio Brukenthal, que alberga uno de los museos de arte más antiguos de Rumania.
La Plaza Pequeña (Piața Mică) y el Puente de los Mentirosos son otros lugares de interés. El puente, construido en 1859, es famoso por la leyenda que dice que se derrumbará si alguien cuenta una mentira mientras está sobre él. En Sibiu, el restaurante Crama Sibiană es una excelente opción para degustar cocina tradicional transilvana, con platos como el ciorbă de fasole cu ciolan (sopa de frijoles con jamón) y el pastramă (carne de cordero curada).
Cluj-Napoca: Corazón de Transilvania
Nuestro viaje nos lleva ahora a Cluj-Napoca, una de las ciudades más vibrantes y culturales de Rumania. Cluj-Napoca es el centro académico del país, con una gran población estudiantil que contribuye a su animada vida nocturna y cultural. La ciudad alberga la Universidad Babeș-Bolyai, una de las más prestigiosas de Rumania.
El casco antiguo de Cluj-Napoca está lleno de edificios históricos y plazas encantadoras. La Plaza de la Unión (Piața Unirii) es el punto central, con la Iglesia de San Miguel, una impresionante iglesia gótica, y la estatua de Matías Corvino, uno de los reyes más importantes de Hungría. No muy lejos, el Museo de Historia de Transilvania ofrece una visión detallada de la historia regional.
Para una experiencia culinaria en Cluj-Napoca, visita el restaurante Roata, que ofrece una amplia variedad de platos tradicionales rumanos, como la zacuscă (una pasta de verduras) y la varză à la Cluj (un tipo de sarmale desestructurado).
Timișoara: La ciudad de las revoluciones
Nuestro recorrido por Rumania concluye en Timișoara, una ciudad conocida por su papel crucial en la Revolución Rumana de 1989 que derrocó al régimen comunista. Timișoara es también famosa por su arquitectura y su vibrante escena cultural. La Plaza de la Victoria (Piața Victoriei) es el corazón de la ciudad, rodeada de edificios de estilo Secesión y dominada por la imponente Catedral Ortodoxa Metropolitana.
La Plaza de la Libertad (Piața Libertății) y la Plaza de la Unión (Piața Unirii) son otros puntos destacados, cada una con su propio estilo y encanto. La Plaza de la Unión es especialmente conocida por sus coloridos edificios barrocos y la Catedral Católica Romana.
En cuanto a la gastronomía, el restaurante Casa Bunicii ofrece una excelente selección de platos tradicionales de Banat, la región en la que se encuentra Timișoara. Prueba el papricaș de pui (pollo estofado con paprika) y el gomboți (albóndigas dulces de ciruela).
Rumania es un país que sorprende por la variedad y riqueza de su patrimonio natural, arquitectónico, histórico y cultural. Cada rincón ofrece algo único, desde los majestuosos castillos y monasterios hasta las animadas ciudades y los paisajes naturales. Durante este viaje de 10 días, hemos recorrido lugares icónicos y descubierto la esencia de lo que ver en Rumania, un destino que sin duda dejará una impresión duradera en cualquier viajero.
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