San Pedro Fiz, una joya oculta en la montañosa región de O Incio, en la provincia de Lugo, es un destino de viaje que no deja indiferente a ningún amante de la historia, la arquitectura y el turismo rural. Esta pequeña parroquia, que aún conserva su nombre asociado al antiguo hospital de San Juan de Jerusalén, ofrece un viaje al pasado medieval de Galicia. A continuación, te invito a descubrir las maravillas de San Pedro Fiz, un lugar que deberías incluir en tu próxima ruta de viajes por España.
Un viaje al corazón de la historia
San Pedro Fiz se encuentra a unos 710 metros de altitud, en una vertiente de la sierra de Oiribo, en el concello de O Incio. Este enclave ofrece no solo un paisaje espectacular, con prados que descienden hacia la cuenca del río Cabe, sino también un patrimonio histórico y arquitectónico de gran valor.
La historia de San Pedro Fiz está profundamente ligada a la Orden de San Juan de Jerusalén, más conocidos como los Hospitalarios. El monasterio original, mencionado en documentos del siglo XI, era ya un lugar de importancia antes de que la orden recibiera la donación del monasterio por parte del noble Gutierre Rodríguez de Castro en el siglo XII. Esta donación fue crucial para la consolidación del poder de la orden en Galicia, y es precisamente en este contexto que se erige la iglesia de San Pedro Fiz, una de las construcciones románicas más significativas de la región.
La iglesia de San Pedro Fiz: Un tesoro del románico
La iglesia de San Pedro Fiz, declarada Monumento Nacional en 1981, es el elemento más destacado de este conjunto monumental. Construida con mármol de O Incio, la iglesia se caracteriza por la calidad de su fábrica, que ha perdurado en el tiempo, conservando su estructura románica prácticamente intacta.
El diseño de la iglesia es sencillo pero imponente, con una única nave y un ábside poligonal, una rareza en la arquitectura gallega de la época. Este ábside, dividido en tres cuerpos y decorado con capiteles vegetales y geométricos, es uno de los elementos más notables del edificio. Las ventanas del ábside, con sus arquivoltas y chambranas decoradas con motivos florales, aportan una elegancia sobria que realza la serenidad del conjunto.
Uno de los aspectos más intrigantes de la iglesia es su posible diseño original como una fortaleza. Aunque la estructura actual no conserva elementos fortificados, los estudios sugieren que pudo haber estado prevista una cubierta abovedada y un adarve almenado, características que habrían reforzado su carácter defensivo, acorde con la naturaleza militar de la Orden de San Juan.
Turismo en San Pedro Fiz: Un viaje al pasado
Visitar San Pedro Fiz es una experiencia única para cualquier aficionado al turismo cultural y rural. El acceso a la parroquia se realiza a través de la carretera LU-644, una ruta que atraviesa un paisaje pintoresco hasta llegar a la pequeña aldea donde reside el sacristán, encargado de abrir la iglesia a los visitantes. Este detalle añade un encanto especial a la visita, permitiendo una conexión más cercana con la historia viva del lugar.
El interior de la iglesia, aunque austero, revela un cuidado por los detalles que sorprende al visitante. Las pilastras y semicolumnas que dividen la nave, el banco corrido de fábrica, y los arcos de medio punto en las puertas, todo ello refleja una maestría arquitectónica que merece ser apreciada. Además, la iglesia alberga una pila bautismal románica, cuya decoración con arcos cistercienses la vincula directamente con los talleres de la abadía de Santa María de Meira, otro importante centro religioso de la época.
San Pedro Fiz y su entorno: Un destino completo
Pero San Pedro Fiz no es solo su iglesia. El entorno natural que la rodea, con sus prados y montañas, invita a los amantes de la naturaleza a disfrutar de rutas de senderismo y excursiones al aire libre. Los vestigios arqueológicos de la zona, que atestiguan la ocupación humana desde la época castreña y romana, añaden otro atractivo a este destino, convirtiéndolo en un lugar perfecto para combinar el turismo histórico con el disfrute del paisaje.
Además, la región ofrece la oportunidad de explorar otros monumentos y parajes cercanos, como el monasterio de San Julián de Samos, que también tiene un papel importante en la historia de la comarca, o las aldeas vecinas con sus encantadoras construcciones tradicionales.
San Pedro Fiz en O Incio es un destino que combina a la perfección historia, arquitectura y naturaleza. Su iglesia románica, testigo de siglos de historia, y el entorno natural que la envuelve, hacen de este lugar un rincón imprescindible en cualquier ruta de viajes por Galicia. Si buscas un destino que ofrezca una experiencia auténtica y enriquecedora, San Pedro Fiz es, sin duda, una elección excelente. No olvides incluirlo en tu próxima escapada, y disfruta de un viaje al corazón de la Galicia medieval.
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