El interés de san Tomé reside en el hecho de haber sido construida con los restos de la Torre de Doña Urraca (residencia de los arzobispos compostelanos desde 1228). Los restos que se conservan, son las ventanas y los pretiles que podemos ver incrustados en los muros del ábside de esta iglesia parroquial moderna, además de algunos sillares. Su nombre hace honor al paso de Santo Tomás de Canterbury por Caldas de Reis en 1170.