Valdeorras

A Via Nova cruza la comarca de Valdeorras y comunica Braga con Astorga

A su paso por la Península Ibérica, los romanos recalaron en Valdeorras. Prueba de ello es el enorme legado que dejaron en la provincia del Miño. La Vía Nova es una de las obras arquitectónicas más importantes que los romanos construyeron en Galicia. Esta calzada fue diseñada bajo la dinastía Flavia y unía Bracara Augusta, la actual Braga, con Asturica Augusta, Astorga. Se trata de una ruta comercial de trescientos kilómetros de longitud que conectaba dos núcleos centrales de la Hispania romana. La supervivencia de este camino estuvo íntimamente relacionada con la extracción de oro de las Médulas de León. Hoy en día todavía se puede recorrer y revivir los tiempos en los que el latín se impuso en la península ibérica.

Tamara Novoa Alonso
Fotografía: Pío García

O Barco de Valdeorras

La calzada era empleada también por el correo postal que, a caballo, tardaba dos días en llegar de una punta a la otra. A lo largo del recorrido encontramos once mansiones, lugares de descanso donde los viajeros hacían noche y reponían fuerzas, aunque se cree que también eran empleadas como oficinas del fisco. Estas mansiones contaban con un hipocaustum, un sistema de calefacción que consistía en calentar el aire de la vivienda a través de unos conductos que conectaban la casona con unos hornos que se construían adosados al edificio. Alrededor de estas mansiones fueron naciendo pequeños núcleos de población que llegan hasta nuestros días.

Viñas de Valdeorras

Se trata de la calzada europea con más miliarios encontrados en sus alrededores. Los miliarios son mojones de piedra que se empleaban para marcar la distancia recorrida, que los romanos expresaban en millas. Una milla equivalía a unos mil pasos, que en metros serían entre mil cuatrocientos y mil ochocientos. La importancia de esta ruta recae también en el número de puentes de la época que se conservan.
Como los trescientos kilómetros que separan Braga de Astorga son prácticamente imposibles de recorrer a pie en un solo día, hoy nos vamos a detener en la parte de la calzada que atraviesa Valdeorras.
La vid es la clara protagonista en el paisaje de esta comarca. Legado que también debemos a los romanos, hasta el punto de que Valdeorras es una de las cinco denominaciones de origen de vino gallego.

Santa María, Petín

Iglesia de Santa María de Mones – Petín

A Cigarrosa

Puente de La Cigarrosa – A Rúa

Nuestra primera parada es en Larouco. Llaman la atención los codos construidos a media ladera para salvar el gran desnivel que provoca el Sil a su paso por las escarpadas montañas. Si descendemos, podemos acceder al puente de Bibei, de setenta y cinco metros de largo. Realizado en granito, las tres arcadas están apoyadas sobre la roca natural del propio cauce del río.
A continuación nos dirigimos a Petín. La Iglesia de Santa María, situada en la corona de un castro, conserva los grabados de un juego romano que ha llegado hasta nuestros días con el nombre de tres en raya.
En A Rúa se levantó la octava de las once mansiones que hay a lo largo del camino, y así nació el Forum Cigorrorum, que fue el núcleo de población más importante de la comarca de Valdeorras. Aquí al lado se erige también el puente de A Cigarrosa, y en el entorno se encontraron importantes vestigios romanos como los mosaicos de la Cigarrosa, que hoy en día se pueden visitar en el Museo Arqueológico de Ourense. También aquí cerca, en el muro de una casa, encontramos la lápida de la Cigarrosa, que narra la carrera militar del valdeorrés Lucio Pompeio Reburro.

Lápida de la Cigarrosa

La lápida romana de A Rúa Vella

Área Recreativa do Aguillón

Área Recreativa O Aguillón – A Rúa

A estas alturas bien nos merecemos un descanso. El área recreativa de Aguillón, en el embalse de San Martiño, es una buena opción para relajarnos. En Vilamartín de Valdeorras todavía se observan los restos de las explotaciones auríferas en el Sil en Corgomo y Valdegodos. En esta zona se conservan además preciosos pazos, entre los que destaca O Castillo de Torre Penela, con sus dos torres almenadas.
Nuestra siguiente parada es O Barco de Valdeorras, donde no debemos desperdiciar la oportunidad de dar un paseo por la ribera del río, conocida como el Malecón, y disfrutar de la preciosa vista de los viñedos a ambas laderas del Sil.

Barco de Valdeorras

O Barco de Valdeorras

Puente de Éntoma

Puente Romano de Éntoma – O Barco de Valdeorras

Para poner fin a nuestra etapa por Valdeorras vamos a continuar la caminata hasta el ayuntamiento de Rubiá. Aquí nos espera uno de los espacios naturales más ricos de toda la Vía Nova, el parque natural de Enciña da Lastra. Una joya ecológica que nos ofrece miles de senderos por los que pasear a la sombra de encinas centenarias. Además, como el terreno es calizo, a lo largo de los años se han ido creando numerosas cuevas por la filtración del agua, un tesoro para los espeleólogos.

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Enciña da Lastra

Serra da Enciña da Lastra – Rubiá