Castillo de Soutomaior
Su máximo esplendor lo alcanzó durante el siglo XV de la mano de Pedro Madruga (Pedro Álvarez de Soutomaior) que lo llevó a ser el epicentro de la vida política del sur de Galicia.
Su máximo esplendor lo alcanzó durante el siglo XV de la mano de Pedro Madruga (Pedro Álvarez de Soutomaior) que lo llevó a ser el epicentro de la vida política del sur de Galicia.
El Miño. Mucho más que un río, incrustado en el imaginario colectivo de los gallegos. El padre Miño, símbolo de la verde Galicia, cuna de leyendas, fecundador de pastos, huertas y viñedos, fuente de vida y frontera entre países hermanos.
Dicen que los pazos son los herederos civiles de los castillos. Que cuando la vida comenzó a hacerse un poco más amable, allá por los primeros siglos de la Edad Moderna, los castillos dieron lugar a grandes residencias señoriales: los pazos.
La imagen es evocadora y me recuerda que me he propuesto resumirle a mi compañero mil años de historia en lo que tardemos en llegar a la torre del homenaje, así que conecto mi mejor tono de historiador amateur y comienzo hablando de doña Urraca, aquella mujer que reinó sobre Galicia y Castilla allá por el siglo XII, y que según recoge la Historia Compostelana fue cercada en Sobroso por los partidarios de su propio hijo. Consiguió huir, eso sí, según se cuenta por un pasadizo secreto que la llevó hasta las orillas del río Tea.
Las comarcas del Condado y Paradanta, al sur de la provincia de Pontevedra, componen ese territorio donde todo está a mano sin recorrer grandes distancias. Gastronomía, senderismo, cultura, historia, deporte, ocio: un mundo entero para disfrutar desde el desayuno hasta que el cuerpo aguante.
Una tierra dura, de piedra y sal. Unos nobles belicosos y pendencieros. Un arzobispo que pagó cara su temeridad. El castillo de Vimianzo guarda tras sus murallas una de las historias más sorprendentes de la edad media gallega. ¿Todavía no la conoces? Pues déjame que te cuente…
La playa dunar de A Lanzada es considerada como uno de los mejores arenales de Galicia. Sus dos kilómetros y medio de playa, rodeados de naturaleza y patrimonio, hacen de ella un lugar de obligada visita para los amantes del mar y de los deportes acuáticos, ya que su situación a mar abierto la hace perfecta para la práctica de deportes como el surf o el windsurf.
Una construcción que nos transporta al pasado y nos permite ser de alguna manera testigos de los grandes acontecimientos de la historia de Galicia y conocer a personajes claves de ella.
Entre los acantilados escarpados de A Costa da Morte y las aguas gélidas de las Rías Altas encontramos el golfo Ártabro. Un remanso de aguas tranquilas. Visita con nosotros las villas de Pontedeume, Betanzos y Cambre donde todavía se conserva el aspecto señorial de otros tiempos.
Durante siglos las rutas comerciales conectaron las costas de Pontevedra con los valles verdes del sureste de la provincia. Lejos de los centros turísticos del Atlántico, las comarcas de O Condado y A Paradanta guardan sus propios secretos, rodeadas de misterio y surcadas por decenas de ríos.