La Serra do Courel es una de las comarcas naturales más fascinantes de Galicia: una tierra de montañas, ríos, bosques, pequeñas aldeas, gentes recias y una asombrosa biodiversidad.
Situada en el oriente de Lugo y encaramada en las alturas del Macizo Galaico, la comarca de O Courel es una de las joyas naturales de Galicia, una zona de montañas desgastadas por la erosión, cubiertas por una prodigiosa variedad vegetal y animal y recorridas por el profundo valle del río Lor.
Se trata de un territorio articulado alrededor de pequeñas aldeas de casas de piedra y tejados de pizarra perfectamente intregradas en el entorno natural y casi ocultas por grandes soutosde castaños. Poblado desde la prehistoria, su riqueza mineral, especialmente de hierro y oro, la convirtieron en objeto de deseo para el imperio romano, que excavó minas a cielo abierto y construyó canales para el arrastre y lavado del mineral. La Edad Media y la Edad Moderna también dejaron su huella en la comarca en forma de ermitas, iglesias, pequeños cenobios y castillos como el de Carbedo, muy cerca de la devesa de Rogueira.
El tradicional aislamiento de la montaña y lo accidentado del relieve ha sido la clave de la conservación de su rico patrimonio etnográfico, visible en las albarizas para la protección de las colmenas, hórreos, molinos y sequeiros de castañas que salpican la comarca.
Sin embargo, si por algo sobresale O Courel es por su biodiversidad, hasta el punto de estar considerada la reserva botánica más importante de Galicia. Los bosques mixtos de hayas, avellanos, abedules, tejos, castaños, acebos, robles, encinas y madroños y los sotobosques de riquísima flora son el hábitat de lobos, zorros, jabalíes, tejones, martas, jinetas, armiños, perdices, búhos reales, conejos, liebres, corzos…
O Courel es una tierra de poetas como Uxío Novoneyra, María Mariño Carou o Fiz Vergara Vilariño, y de escritores como Eduardo Moreiras o Xesús Manuel Marcos; y es también una comarca rebosante de vida, de historia y leyendas susurradas al calor de la lumbre durante los largos inviernos de la montaña.
Aquí, en O Courel, el tiempo parece haberse detenido, quizá por no saber bien por dónde seguir su camino. O quizá, simplemente, por no querer hacerlo…
Si hay un árbol que hunde sus raíces en los cuentos de nuestra infancia, ese es el haya. Y con razón, porque no hay bosques más fascinantes que los hayedos, que forman catedrales mágicas y sutiles iluminadas por vitrales de follaje fantástico…
Los paisajes de los que hablaba el escritor gallego Uxío Novoneyra, el poeta de O Courel, son, más que un recurso literario, una realidad a veces tan perfecta que se escapa a nuestra comprensión y nos enamora para siempre.
Llevábamos más de dos horas de camino, fatigada por las subidas y bajadas constantes a las que la incipiente montaña lucense nos obligaba, el respirar se hacía cada vez más complicado.
La presencia de faiales en la zona de Os Ancares es bastante frecuente, pero el de Liñares, en Pedrafita do Cebreiro, es un pequeño conjunto de faias muy accesible para aquellos que quieran acceder desde la carretera del Camino de Santiago. Son muchas las personas que realizan rutas para contemplar la riqueza paisajística y variedad forestal de estas tierras.
Situado en la parroquia de San Vicente de Vilamor, son tierras soleadas, próximas al río Lor, en las afueras de la aldea hay una capilla dedicada a San Sebastián, que según parece fue un cementerio celta. A la entrada de Froxán esta la “Fonte do Milagre”, llamada así por los continuos milagros que suceden debido a sus curativas aguas.