Turismo industrial en Ferrolterra

Maquinaria, chimeneas, sonidos metálicos, olor a mar… Hoy me dirijo a Ferrolterra buscando algo diferente. El turismo industrial es imprescindible para el que quiera conocer la historia de esta zona y Ferrolterra nos ofrece múltiples opciones, desde grandes astilleros de hace dos siglos hasta pequeñas granjas.

Puerto exterior de Ferrol

Empecemos esta ruta de turismo industrial. Lo primero que pienso al ver la central térmica de As Pontes es que su aspecto sobrecoge. Ya en fotos me sorprendió su gran tamaño, pero una vez aquí me siento diminuto a su lado. Una de sus cinco chimeneas sobresale sobre las otras: con casi cuatrocientos metros de altura, es la chimenea más alta de Europa. Las nubes de humo blanco destacan sobre el cielo azul claro y sobre el paisaje verde, adornado con el recientemente inaugurado lago de As Pontes.

Central termica As Pontes
Central termica As Pontes
As Veigas - As Pontes

Cerca de allí se encuentra el poblado de As Veigas, una de las primeras ciudades planificadas de Galicia, que la empresa minera construyó para los trabajadores. Mientras camino disfrutando del silencio me dejo empapar por el orden y la eficiencia que transmiten la geometría de sus calles y el aspecto estandarizado de sus viviendas.

Xaraleira
Xaraleira

Antes de seguir el viaje visito en la zona de As Pontes el lugar del que viene el alimento de los reptiles de los zoos, donde quizás también nació el hámster que tenemos en casa. Se trata de Xaraleira, una granja donde se crían más de treinta y seis especies diferentes de roedores y en la que se está iniciando la cría de insectos. Un amante de los animales como yo sale encantado de las instalaciones viendo cómo tratan a los animalillos.

La Pureza
algas en conserva

Poniendo rumbo hacia el norte, me dirijo hacia Ortigueira y Cariño, donde la industria de las conservas sigue siendo fundamental. Tal vez por lo importantes que han sido las conserveras para Galicia, me emociono un poco al visitar estos edificios. Al fin y al cabo, fue la primera industria en nuestra pequeña esquina del noroeste y hoy en día aún se encargan de las conservas en su mayoría empresas familiares. Pulpo, caballa, sardinas, algas, bonito… La visita de esta ruta de turismo industrial, a la conservera me permite ver cómo se elaboran estas latas presentes en tantos y tantos hogares.

Panadería en Neda

Las conservas me han abierto el apetito, así que me desplazo hasta Neda, donde consigo que en una panadería me hagan una pequeña bolla del pan que ha hecho famosa a la región. Y no sin motivo, pues su textura entre esponjosa y crujiente me deja encantado. Con el estómago ya un poco más lleno, me dirijo hacia el último destino.

Navantia

43º 27′ 45» N / 8º 16′ 8» W. Estas son las coordenadas que Navantia ofrece en su página web para encontrar sus astilleros en Ferrol. Construidos hace casi tres siglos, los astilleros siguen transmitiendo una sensación de utilidad, de peso, de potencia. Aquí podemos escuchar una sinfonía compuesta por el entrechocar de metales, los quejidos de la maquinaria funcionando y los gritos de los trabajadores intentando sobreponer su voz a la propia voz del astillero. Y, si tenemos suerte, podemos asistir a la botadura de algún barco. Verlo descender por la rampa hasta tocar el mar, con esos segundos de tensión en los que muchas cosas pueden salir mal, es impresionante… Sigo preguntándome cómo una mole de metal y acero es capaz de flotar en el agua. Y antes de volver a casa me doy una vuelta por el museo del astillero, donde una exposición permanente me lleva por la historia del lugar ligado a la historia económica de Ferrol. Una guinda deliciosa para terminar el viaje de turismo industrial.

Navantia

Me voy de Ferrol pensando en todo lo que he visto. Pequeños fragmentos de épocas pasadas en las que las industrias funcionaban a pleno rendimiento, beneficiando a los gallegos del momento y, sin saberlo, a los de hoy en día.

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