Verin

En este enclave de la provincia de Ourense nos esperan para acogernos entre castaños y robles. Cualquier época del año es buena para disfrutar de la variedad de actividades que nos ofrece el entorno. Rutas de senderismo con paisajes de río y montaña, de bosques y claros, de luces y de sombras,… No hay duda de que los amantes de la naturaleza encontrarán aquí su sitio. Las zonas boscosas, los miradores y los riachuelos se salpican por doquier conformando un entramado de flora y fauna que renueva las energías de cualquiera que esté un poco cansado de tanto asfalto. Podríamos decir que nos encontramos en la capital del turismo de montaña gallego. En este entorno, está todo preparado para la práctica de todo tipo de deportes tanto tradicionales como extremos. Pero el ocio que se sugiere no es solo el de riesgo y adrenalina. La diversión está asegurada para toda la familia por lo que se convierte en un destino perfecto para viajar con niños.

Nada como “escuchar” a las casas llenas de historia hablándonos del pasado de la zona y callejear por pueblos repletos de galerías, plazas con terrazas, fuentes, balcones floridos, casas blasonadas,… en definitiva, pueblos en donde piedra y madera se dan la mano para hacer frente a los inviernos rigurosos. Una opción con mucho encanto es la de realizar una ruta a caballo para conocer el entorno. Si aprecias la gastronomía local cuando viajas, no podrás marcharte sin probar la bica y, según la época del año, disfrutar, por ejemplo, de un magosto acompañado de un buen vino o de unos chorizos para chuparse los dedos.

Castillos, iglesias, cruceros, monasterios y vestigios de fortalezas te contarán el pasado medieval de estas tierras pero si quieres remontarte aún más en el pasado, también podrás contemplar yacimientos arqueológicos de tiempos que te transportarán hasta la romanización. Durante la época de invierno, nieve, trineos y risas de niños cubren las laderas de la estación de esquí que recibe a los turistas con hospitalidad. Además, la proximidad a la Ribeira Sacra permite al visitante acercarse a conocer también los encantos de la zona y dejarse enamorar por las pendientes cubiertas de viñedos, la concentración de iglesias y monasterios románicos y los paisajes para perder la mirada.