Qué ver en Galicia
Galicia no se cansa de ser maravillosa. Y lo es los 365 días del año, ya sea cubierta de nubes o con esos cálidos rayos de sol que sacan los colores a lo mejor de su vegetación.
Te invitamos a conocer qué ver en Pontevedra y su casco histórico, uno de los mejor conservados de Galicia, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1951. Es la primera ciudad del mundo en funcionar perfectamente a diario sin coches.
Galicia no se cansa de ser maravillosa. Y lo es los 365 días del año, ya sea cubierta de nubes o con esos cálidos rayos de sol que sacan los colores a lo mejor de su vegetación.
Lograrás reencontrarte con la naturaleza y, especialmente, convertir un día de vacaciones en una experiencia ideal para toda tu familia.
Te contamos todos los sitios que no te puedes perder al hacer turismo por Pontevedra, una de las ciudades más importantes de Galicia. ¡No te los pierdas!
Su máximo esplendor lo alcanzó durante el siglo XV de la mano de Pedro Madruga (Pedro Álvarez de Soutomaior) que lo llevó a ser el epicentro de la vida política del sur de Galicia.
El Miño. Mucho más que un río, incrustado en el imaginario colectivo de los gallegos. El padre Miño, símbolo de la verde Galicia, cuna de leyendas, fecundador de pastos, huertas y viñedos, fuente de vida y frontera entre países hermanos.
Dicen que el paisaje es la clave que nos permite descifrar el yo más íntimo y verdadero de las gentes, su manera de entender el mundo.
La Navidad y Vigo se han vuelto inseparables en los últimos años. Como un resurgimiento de viejas tradiciones de alegría y felicidad compartidas, la Navidad brilla más que nunca en la ciudad olívica.
Mira que me gustan las playas… así, en plural, porque no hablo de ir a tostarse al sol, que también, sino de las playas como geografías mágicas, de esa resbaladiza franja de terreno que es frontera entre dos mundos, la tierra y el inmenso mar.
En el interior de la provincia de Pontevedra, dentro del concello de Mondariz, se encuentra la parroquia de Mouriscados, con algo más de doscientos cincuenta habitantes. Desde hace quizá más de dos siglos, como afirman los ancianos del lugar, se bailan aquí las danzas brancas y se representa la lucha entre el moro y el cristiano.
Hay caminos que hunden sus raíces en las brumas del tiempo. Senderos trazados por millones de pies, grabados en la tierra con esfuerzos y sudores milenarios. Hay caminos que siempre han estado ahí, como este que hoy vas a iniciar: la antigua Vía de la Plata, la Bal’latta musulmana, la vía empedrada que ya en tiempo de los romanos comunicaba Mérida con Astorga.