Qué ver en Galicia
Galicia no se cansa de ser maravillosa. Y lo es los 365 días del año, ya sea cubierta de nubes o con esos cálidos rayos de sol que sacan los colores a lo mejor de su vegetación.
Galicia no se cansa de ser maravillosa. Y lo es los 365 días del año, ya sea cubierta de nubes o con esos cálidos rayos de sol que sacan los colores a lo mejor de su vegetación.
La fuerza de la naturaleza y el trabajo del hombre se dan la mano en la Ribeira Sacra. Ven a empaparte de verde y disfruta del arte como si estuvieras en un gigantesco museo al aire libre.
Hay quien dice que el camino, el camino de verdad, es el que se hace en solitario. El que llena las horas con el runrún de los pensamientos. El que te permite vestir los días con la contemplación de un monumento, un paisaje. Sin prisas. Sin más urgencias que las que impone la naturaleza: comer, dormir, descansar. En soledad.
Santa Tegra de Abeleda se encuentra en plena Ribeira Sacra, en un paisaje de frondosos bosques inclinados sobre el río, viñedos y pequeñas joyas arquitectónicas. Allí se celebra cada agosto la Festa da Luz, en la que sigue viva una tradición muy especial: la Danza das Cocas.
Escenario de obras literarias, como “Todo esto te daré”, de Dolores Redondo, ganadora del Premio Planeta 2016, o de la novela de Xavier Quiroga que lleva el mismo nombre, O Cabo do Mundo no solo figura en el mapa sin más, sino que es una de esas excepciones en las que la realidad supera la ficción.
La sombra de un viejo roble que nos triplica la edad es el punto de partida para nuestra ruta de hoy. Nos encontramos en la Ribeira Sacra, en el municipio de Sober. La naturaleza y el arte nos esperan aquí con los brazos abiertos.
Cierro los ojos y pienso en todo lo que nos espera hoy: paisaje, descanso, gastronomía, aventura, recogimiento, naturaleza, cultura. Parece imposible que un mismo lugar pueda reunirlo todo, pero es que estamos en la Ribeira Sacra, preparados para comprobar que los días perfectos existen.
Sucede muy a menudo. A veces es un flechazo, amor a primera vista. Te enamoras, te enganchas y nunca es suficiente, siempre quieres más. Algo así suele suceder con Galicia, esa tierra al noroeste de la Península Ibérica, de verdes bosques y playas fascinantes bañadas por las rías. Un rincón de la geografía que nos atrapa, nos seduce y logra que, pase lo que pase, siempre deseemos regresar.
Con la sensación de que la vista nos alcanza hasta el infinito, empezamos la ruta de hoy en el mirador de Cividade, en el corazón del Sil, sintiéndonos en plena explosión de la naturaleza, donde el río gana cada día su lucha milenaria por abrirse paso entre la piedra.
Entusiasmada por estar de vuelta en la Ribeira Sacra, respiro hondo para dejar que el aire puro me cale hasta los huesos y emprendo mi ruta de hoy. Lo primero que siento es la sensación de que mis pasos se amortiguan al pisar la tierra, tan diferente del asfalto.