Bienvenidos al recorrido por la Senda Verde del Eo, un camino único que une historia y naturaleza en el norte de España. Originada de un antiguo trazado ferroviario, esta senda de 12 kilómetros entre A Pontenova y San Tirso ofrece una experiencia fascinante, mezclando la riqueza histórica de la región con paisajes naturales impresionantes. Ideal para amantes de la naturaleza, la historia y el senderismo, la Senda Verde del Eo promete una aventura inolvidable a través de la belleza y el legado cultural de Galicia y Asturias. ¡Prepárate para un viaje que despierta todos los sentidos!
Historia y antecedentes de la vía del tren
Orígenes de la Senda Verde del Eo
La Senda Verde del Eo, un emblemático sendero en el norte de Galicia, es el resultado de la transformación de una histórica vía ferroviaria, esencial en el desarrollo industrial del siglo XX. Originalmente, esta infraestructura ferroviaria, que ahora se ha reinventado como la Senda Verde del Eo, fue construida para conectar las prósperas minas de hierro de Vilaoudriz con el cargadero de Porto Estreito, situado estratégicamente en la entrada de la ría de Ribadeo. Esta conexión no solo facilitó el transporte del mineral de hierro, sino que también impulsó significativamente la economía local y regional.
En el entorno de la Senda Verde del Eo, las minas de Vilaoudriz, descubiertas a finales del siglo XIX, se estimaron en un yacimiento de alrededor de 2.500.000 toneladas de hierro. Este hallazgo atrajo un notable interés para su explotación y exportación, especialmente hacia mercados británicos, franceses y holandeses. La «Sociedad Minera de Villaodrid», constituida el 17 de marzo de 1900, tomó la iniciativa de esta explotación minera y pronto se hizo evidente la necesidad de una vía ferroviaria eficiente para el transporte del mineral.
La construcción de esta línea ferroviaria, que eventualmente daría paso a la Senda Verde del Eo, fue una obra de ingeniería notable. Sin subvenciones estatales, la SMV se encargó completamente de su desarrollo, desde la infraestructura hasta la adquisición de locomotoras y vagones. En menos de dos años, un tiempo récord dada la envergadura del proyecto, la línea estaba operativa. La elección final de una vía métrica, en lugar del ancho inicialmente propuesto de 750mm, resultó en un recorrido de aproximadamente 33 kilómetros, que desde las minas llegaba hasta el cargadero de Porto Estreito.
Con el inicio de su funcionamiento en 1903, la línea ferroviaria no solo transportaba mineral de hierro, sino que también desempeñó un papel crucial en el transporte de mercancías y pasajeros, vinculando comunidades y fomentando el comercio regional. Esta vital arteria de transporte, que más tarde se convertiría en la Senda Verde del Eo, fue un factor clave en el desarrollo y prosperidad de los municipios a lo largo del valle del río Eo.
Años de prosperidad
La línea del Eo, precursora de la actual Senda Verde del Eo, experimentó una época dorada poco después de su inauguración. Inicialmente concebida para el transporte de mineral de hierro desde las minas de Vilaoudriz hasta el cargadero de Porto Estreito, esta vía férrea rápidamente se convirtió en un eje vital para el transporte de pasajeros y una diversidad de mercancías. Esta evolución marcó un hito en la historia del transporte regional y sentó las bases para lo que hoy conocemos como la Senda Verde del Eo.
El transporte de mineral de hierro, vital para la economía de la región, fue solo el comienzo. Pronto, la línea del Eo empezó a desempeñar un rol crucial en el desarrollo socioeconómico de las comunidades circundantes. Los trenes que recorrían lo que hoy es la Senda Verde del Eo comenzaron a transportar pasajeros, uniendo pueblos a lo largo de su trayecto de 33 kilómetros. Este servicio de pasajeros se inauguró oficialmente en 1905.
Además, la línea del Eo se convirtió en un canal de transporte para una amplia gama de mercancías. Desde productos agrícolas hasta manufacturas locales, la vía férrea impulsó el comercio y la economía local, enlazando de manera eficiente las zonas rurales con los mercados urbanos. Este flujo constante de bienes y personas no solo contribuyó al crecimiento económico, sino que también fomentó un mayor intercambio cultural y social entre las distintas comunidades del valle del río Eo.
La relevancia de la línea del Eo en estos años de prosperidad se reflejaba en el número creciente de viajes y en la diversificación de su carga. El éxito de esta vía ferroviaria, que más tarde daría vida a la Senda Verde del Eo, se evidenciaba en su capacidad para adaptarse y responder a las necesidades cambiantes de la región.
Decadencia y cierre
La línea ferroviaria que sentó las bases para la actual Senda Verde del Eo no fue inmune a los vaivenes de la historia. Tras décadas de operación exitosa, esta vía de comunicación y transporte comenzó a enfrentar un declive inexorable, marcado principalmente por los efectos de las Guerras Mundiales y la Guerra Civil Española. Este periodo de turbulencias desencadenó un conjunto de cambios que, finalmente, llevaron al cierre de la línea en 1964, un acontecimiento que más tarde abriría paso a la creación de la Senda Verde del Eo.
Durante la Primera Guerra Mundial, las exportaciones de mineral de hierro, que habían sido el alma de la línea del Eo, se vieron gravemente afectadas. La navegación peligrosa y las interrupciones en el comercio internacional hicieron mella en la operación del ferrocarril. Este impacto se agravó con la llegada de la Guerra Civil Española, periodo en el que la infraestructura ferroviaria sufrió daños y una disminución significativa en su uso.
El fin de la Segunda Guerra Mundial no trajo la recuperación esperada. Por el contrario, el auge del transporte por carretera comenzó a eclipsar al ferrocarril. Los camiones y los vehículos privados ofrecían una mayor flexibilidad y eficiencia para el transporte de mercancías y pasajeros, lo que redujo drásticamente la dependencia del tren. Esta transición marcó el principio del fin para la línea del Eo, una infraestructura que había sido crucial para el desarrollo regional durante más de medio siglo.
La disminución en la demanda de transporte de mineral de hierro, junto con la creciente competencia del transporte por carretera, resultó en una reducción progresiva de los servicios ferroviarios. La línea, que una vez fue el orgullo de la región y que había fomentado el crecimiento económico y la conexión entre comunidades, se vio relegada a un papel cada vez más marginal.
Finalmente, en 1964, se tomó la decisión de cerrar la línea ferroviaria, un acto que simbolizó el fin de una era. Sin embargo, este cierre no fue un punto final absoluto. En los años siguientes, el antiguo trazado ferroviario comenzó a transformarse, dando vida a lo que hoy conocemos como la Senda Verde del Eo. Este sendero, que recorre parte del antiguo trazado, se ha convertido en un destacado destino turístico, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de explorar la rica historia y el hermoso paisaje natural de la región, reviviendo de alguna manera el espíritu y la historia de lo que una vez fue una vital línea ferroviaria.
Como recurso turístico
Renacimiento de la Vía
El trazado ferroviario que una vez fue el latido industrial del norte de Galicia, tras años de silencio y olvido, ha experimentado una impresionante metamorfosis, renaciendo como la Senda Verde del Eo. Esta reconversión de una parte del antiguo recorrido ferroviario en un sendero de aproximadamente 12 kilómetros, que se extiende entre A Pontenova y San Tirso, es un testimonio de cómo las estructuras del pasado pueden ser reinventadas para enriquecer el presente.
La Senda Verde del Eo, surgida de la herencia de la vía ferroviaria, ha sido meticulosamente planificada y desarrollada para preservar y realzar el patrimonio histórico y natural de la región. Este proyecto de reutilización ha implicado no solo la restauración del camino original, sino también la integración de elementos naturales y culturales que reflejan la rica historia de la zona.
A lo largo de la Senda Verde del Eo, los visitantes pueden contemplar y experimentar diversos aspectos del legado ferroviario. Antiguas estaciones de tren, ahora rehabilitadas, puentes y túneles que atravesaban las montañas, y las vías mismas, se han conservado y adaptado para formar parte de esta ruta. Estos elementos, combinados con el impresionante paisaje natural del valle del río Eo, ofrecen una experiencia única a los caminantes y ciclistas.
La transformación en la Senda Verde del Eo también ha incluido la implementación de señalizaciones informativas y paneles interpretativos que relatan la historia de la línea ferroviaria y su importancia en el desarrollo regional. Estos recursos educativos enriquecen la experiencia de los visitantes, permitiéndoles comprender mejor la evolución de la región desde su pasado industrial hasta su presente orientado al turismo y la conservación del patrimonio.
Además, el proyecto de la Senda Verde del Eo ha sido un catalizador para el desarrollo turístico de la zona. Negocios locales, como cafeterías, restaurantes y alojamientos, se han beneficiado del flujo creciente de turistas atraídos por la singularidad de esta ruta. De esta manera, la senda no solo preserva la historia, sino que también contribuye al desarrollo económico local.
La Senda Verde del Eo es un itinerario accesible y fácil de recorrer, ideal para senderistas y ciclistas de todas las edades y capacidades. El camino, prácticamente llano, ofrece una experiencia relajada y agradable.
El río Eo, que acompaña gran parte del recorrido, añade un valor ecológico y paisajístico significativo a la ruta. Los amantes de la naturaleza pueden observar una variada fauna fluvial y disfrutar de los bosques de ribera y las fragas que bordean el camino.
Os invitamos a descubrir la Senda Verde del Eo, un camino que combina naturaleza, historia y aventura en un recorrido de 12 kilómetros desde A Pontenova hasta San Tirso. Esta ruta no solo es un sendero pintoresco, sino también un viaje a través del legado industrial de la región, ideal para senderistas, ciclistas y amantes de la historia.
Animaos a explorar esta senda transformada, donde cada paso os sumerge en relatos del pasado y en la belleza natural del norte de España. La Senda Verde del Eo es más que un simple recorrido; es una experiencia enriquecedora que espera por vosotros. ¡Venid y dejad que la Senda Verde del Eo os guíe a través de un viaje inolvidable!
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