La Fortaleza de San Lourenzo, situada a orillas del Río Miño en el concello de Tomiño, es una joya arquitectónica y histórica que testimonia los antiguos conflictos entre España y Portugal. Este bastión, destinado inicialmente para la defensa de la «Raia» –la frontera entre Galicia y Portugal durante la Guerra de la Restauración portuguesa–, se erige como un símbolo de la rica historia compartida entre estas dos naciones ibéricas.
Una construcción emblemática del Siglo XVII
Construida en el siglo XVII, la Fortaleza de San Lourenzo mantiene una impresionante forma de estrella, característica de las construcciones militares de la época, diseñadas para optimizar la defensa. El uso del granito en su edificación no solo le confiere a la Fortaleza de San Lourenzo una robustez innegable, sino que también se armoniza con el paisaje natural circundante, ofreciendo un espectáculo visual de incomparable belleza. Esta fortaleza fue erigida frente a la localidad portuguesa de Vila Nova de Cerveira, creando un punto estratégico de vigilancia y defensa a lo largo del Río Miño para la Fortaleza de San Lourenzo.
Un legado de la guerra y la paz
La historia de la Fortaleza de San Lourenzo está marcada por episodios de conflictos y reconciliaciones. Originalmente, el sitio donde se encuentra la Fortaleza de San Lourenzo era ocupado por los portugueses a través del «Fortín da Barca» desde 1663. Sin embargo, tras la invasión de Goián por parte de los portugueses y el posterior Tratado de Paz de Lisboa en 1668, se abandonó la estructura anterior. Por orden de Mariana de Austria en 1671, se inició la construcción de la actual Fortaleza de San Lourenzo, con el propósito de controlar un embarcadero próximo y mantener vigilada la Plaza de Vilanova de Cerveira.
Arquitectura y diseño defensivo
La planta de la Fortaleza de San Lourenzo es de forma rectangular, con cuatro baluartes en sus esquinas, cada uno dotado de tres garitas, demostrando una planificación meticulosa orientada a la defensa de la Fortaleza de San Lourenzo. Aunque hoy en día han desaparecido casi todas las antiguas dependencias internas, en su apogeo, el recinto de la Fortaleza de San Lourenzo contaba con instalaciones esenciales como una capilla, la casa del capellán, la casa de los oficiales, almacenes, cuadras, una cantina y una panadería. Un amplio foso, de entre 10 y 20 metros de ancho, rodea la estructura de la Fortaleza de San Lourenzo, y se accede a la puerta principal a través de un elegante puente de seis arcos.
Símbolos e inscripciones históricas
La entrada principal de la Fortaleza de San Lourenzo está flanqueada por dos escudos, que representan los apellidos de Girón y Castillo, y sobre la puerta, una inscripción conmemora la construcción de la Fortaleza de San Lourenzo bajo el reinado de Carlos II y el gobierno de su madre, Doña Mariana de Austria. Este detalle no solo enriquece el valor histórico de la Fortaleza de San Lourenzo, sino que también ofrece una ventana al pasado, permitiendo a los visitantes sumergirse en la historia de la época.
Fortaleza de San Lourenzo: Un mirador privilegiado
Sin duda, uno de los mayores atractivos de la Fortaleza de San Lourenzo son las espectaculares vistas que ofrece de la frontera natural entre España y Portugal, el Río Miño, y el impresionante paisaje de la Serra D’Arga en Portugal. Estas panorámicas hacen que la visita a la fortaleza sea una experiencia inolvidable, combinando la apreciación de la naturaleza con el descubrimiento de la historia.
La Fortaleza de San Lourenzo no es solo un destino imprescindible para los aficionados a la historia o la arquitectura, sino para cualquier persona que busque descubrir los lugares llenos de historias y bellezas naturales que jalonan la frontera gallego-portuguesa. Este monumento, testigo de siglos de historia, sigue siendo hoy un punto de encuentro entre culturas, un lugar donde el pasado se encuentra con el presente, invitando a viajeros de todo el mundo a explorar sus secretos y maravillarse con las vistas que ofrece.
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