Una vez más, el turismo de viajes nos lleva a una joya desconocida para muchos viajeros. En esta ocasión, tuve el placer de visitar Lugo, un destino encantador en la comunidad gallega. Pero lo más destacado de mi visita fue la impresionante ruta de senderismo por el Souto de As Nogais.
Senderismo en el Souto de As Nogais: Un viaje por la naturaleza
El despertar del día marca el inicio de nuestra caminata. Las primeras luces del amanecer, tímida y delicadamente, comienzan a bañar el Souto de As Nogais, como el pincel de un pintor que despierta los colores de un lienzo. El cielo se va tornando de un azul pálido a un naranja cálido, pintando un marco idílico sobre el tapiz de verdes prados y los robustos robles que dominan el paisaje.
Apenas llevamos unos kilómetros cuando me encuentro con una estampa que parece sacada de una postal antigua. Un pastor, arropado por su inseparable perro, guía a un rebaño de ovejas y vacas que, tranquilas, pastan en la ladera de la montaña.
«Aquí es donde se encuentra la verdadera esencia de Galicia», me dice el hombre, con una sonrisa cómplice que refleja la paz y el amor que siente por su tierra. Sus ojos, acostumbrados a la belleza que le rodea, brillan con un fulgor que habla de la autenticidad del lugar.
Intrigado por su comentario, decido acercarme y entablar una conversación. «¿Por qué dice que aquí se encuentra la verdadera esencia de Galicia?», le pregunto. Con un gesto amistoso, me señala las colinas circundantes, salpicadas de prados verdes y aldeas de casas de piedra. «Mira a tu alrededor», me responde. «Aquí, donde la naturaleza es salvaje y la vida es simple, es donde Galicia muestra su alma. No en las ciudades bulliciosas, sino en la quietud del campo, en el arrullo de las hojas al viento, en el murmullo del río Navia».
Aquellas palabras, sencillas pero llenas de significado, me resonaron en lo más profundo. No podía estar más de acuerdo con él.
La biodiversidad en Souto de As Nogais
El sendero del Souto de As Nogais se va adentrando en un escenario donde la biodiversidad florece en todo su esplendor. Con cada paso, me veo sorprendido por una naturaleza desbordante, una sinfonía de vida que se despliega ante mis ojos.
Las mariposas, con sus colores vivos y destellos iridiscentes, danzan de flor en flor en un ballet aéreo. Sus delicadas alas vibran en el aire, dibujando patrones efímeros que hipnotizan con su belleza. Al mismo tiempo, se puede escuchar el canto de los pájaros que se filtra a través del dosel del bosque, una melodía natural que se convierte en la banda sonora de este viaje. Son pájaros de variadas especies, desde los pequeños petirrojos hasta los imponentes azores, cada uno aportando una nota diferente a esta orquesta viva.
Pero no solo son las mariposas y los pájaros los protagonistas de esta biodiversidad. El suelo bajo mis pies se agita con la actividad de los insectos que, afanados en su trabajo cotidiano, mantienen el equilibrio de este ecosistema. Desde las hormigas que trasladan comida a su colonia hasta los escarabajos que se alimentan de la materia orgánica, todos juegan un papel en esta comunidad natural.
Y, por supuesto, no puedo dejar de mencionar la fauna más grande que habita estas tierras. A lo lejos, casi ocultos entre la vegetación, puedo vislumbrar a ciervos pastando tranquilamente. Sus siluetas elegantes y majestuosas le otorgan al paisaje un carácter único, una sensación de tranquilidad y armonía que lo convierte en un escenario perfecto para los amantes de la naturaleza.
Cada elemento de la biodiversidad del Souto de As Nogais contribuye a su belleza, a su encanto y a su valor como destino turístico para quienes aman la naturaleza y desean viajar para explorarla.
El encanto del Bosque
Penetrando aún más en el bosque, el ruido del mundo exterior comienza a desvanecerse. Me encuentro sumergido en una serenidad que va más allá de las palabras, donde el único sonido que interrumpe el silencio es el susurro de las hojas meciéndose suavemente al compás del viento.
Los troncos de los árboles, algunos de ellos centenarios, se elevan hacia el cielo como gigantes silenciosos. La corteza de cada uno está cubierta de un manto de musgo que añade matices de verde a la paleta de colores del bosque. El musgo, suave y fresco al tacto, es una señal de la salud y vitalidad de este ecosistema, un indicador de la vida que bulle en cada rincón de este bosque.
Las hojas, desde las más altas copas hasta las que alfombran el suelo, parecen susurrar historias al viento. Al caminar, cada pisada desata un crujir suave que se une a esta sinfonía natural. Es como si el bosque mismo estuviera vivo, respirando y hablando en un lenguaje que solo la naturaleza comprende.
Todo en este bosque – desde la luz del sol filtrándose a través del dosel de las hojas, creando patrones de luces y sombras en el suelo, hasta el aroma a tierra húmeda y a madera fresca – contribuye a crear una atmósfera de tranquilidad y armonía. Es un rincón de paz, una pausa del ajetreo de la vida moderna, un lugar donde es fácil conectar con la naturaleza y con uno mismo.
Este es el encanto del bosque en Souto de As Nogais, un encanto que he tenido el privilegio de descubrir y que me ha dejado marcado para siempre. Cada paso en este viaje se ha convertido en un tesoro, una joya que guardaré en la caja de las memorias de mis viajes más especiales.
El Río Navia: Un espectáculo de la naturaleza
La ruta continúa a lo largo del Río Navia, un río que serpentea con gracia a través de las colinas de Lugo. En un punto, me detengo a descansar en sus orillas, el frescor del agua y el canto de los pájaros son la banda sonora perfecta para este momento.
Como periodista de viajes, he visitado numerosos destinos, pero la belleza y tranquilidad del Souto de As Nogais es, sin duda, un lugar que se quedará grabado en mi memoria. Es una joya para aquellos que aman la naturaleza y el senderismo. No sólo se trata de viajar, sino de vivir una experiencia auténtica, de conectar con la esencia de un lugar y su gente. Y ese es el verdadero encanto de Souto de As Nogais.
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