Xesús Bermúdez
Dirección y fotografía: Pío García
Gastronomía e historia
Este recorrido eminentemente gastronómico, en el que casan perfectamente el pulpo y el vino, se inicia en O Carballiño, capital de la comarca del mismo nombre, cuyo origen se remonta a una feria creada en el siglo XVII por los frailes de Oseira. En el nacimiento y la evolución de la feria influyó el carácter de sitio de paso del lugar: entre las Rías Baixas y el interior meridional de Galicia y entre a comarca de O Ribeiro y el norte de Portugal con Compostela. La primera visita será al parque municipal de O Carballiño, que nació hace casi 90 años alrededor del río Arenteiro. En él, ubicación del Gran Balneario, se celebra desde 1964 la llamada Festa do Polbo, la más veterana de las celebradas en Galicia.
En el recinto también se ubica el Parque Etnográfico do Arenteiro, cuya finalidad es recuperar el espacio próximo al río. Otro lugar emblemático de O Carballiño es el Templo de la Veracruz, del arquitecto Antonio Palacios. En esta obra grandiosa, con trazos de distintas formas de construcción, se emplearon materiales de la comarca, como granito y pizarra. Desplazándonos hasta Banga, podremos visitar la iglesia de Santa Baia. Originariamente fue una iglesia románica, aunque posteriormente sufrió numerosas modificaciones con añadidos góticos, barrocos e incluso del siglo XIX. En el mismo Banga encontramos el pazo, que perteneció a los Quiroga. Emilia Pardo Bazán, que lo llamaba “balcón do Ribeiro, residió en él tras contraer matrimonio con uno de los miembros de la familia.
Abandonando el municipio de O Carballiño, llegamos a Leiro, con su paseo a orillas del río Avia. En la parroquia de Gomariz encontraremos una iglesia románica del siglo XII en la que destaca su puerta con dos pares de columnas y una ventana que también presenta columnas en su parte alta. Nos desplazaremos después almonasterio de San Clodio, declarado en 1931 Monumento Histórico Artístico Nacional junto al puente del mismo nombre. El monasterio alcanzó su máximo esplendor en los siglos XII y XIII gracias a las rentas que proporcionaban sus cultivos, especialmente dedicados al vino. El ya mencionado puente de San Clodio, de 85 metros de largo y que data del siglo XV, se caracteriza por su gran arco central, coronado por una sencilla cruz, y otros dos arcos laterales más pequeños.
Situados en el casco urbano de Beade, nos detendremos en la iglesia de Santa María, muy elogiada por Otero Pedrayo. Es la iglesia más importante de todo O Ribeiro. Se comenzó a construir en el siglo XVI sobre los restos de otra románica. Destacan su torre, con doble balconada, y su fachada, flanqueada por dos grandes estatuas, la de un comendador de la Orden de San Juan de Jerusalén y la de su esposa. De la iglesia parte un Vía Crucis de catorce cruceiros que acaba en el llamado Calvario de Beade, que es un conjunto de tres grandes cruceiros que datan del siglo XVIII. Y como punto final del recorrido llegamos a Ribadavia, capital de la afamada comarca do Ribeiro y nombrada monumento histórico-artístico en 1947. El microclima de la zona, su situación geográfica y sus más de 1000 años de historia vitivinícola, hacen de la comarca la esencia del vino de Galicia. Aunque es una villa típicamente medieval, también dejaron su huella celtas y romanos, atraídos por el oro de sus ríos y las aguas termales. Entre sus monumentos emblemáticos se encuentra el castillo de los Condes de Ribadavia, una de las grandes fortalezas medievales de Galicia. Data del siglo IX, aunque en su mayor parte fue construido en la segunda mitad del siglo XV.
Elemento identificador de Ribadavia es su barrio judío. Se cree que el asentamiento hebreo en la ciudad data de los siglos XII y XIII y que llegó atraído por sus posibilidades de negocio. Las calles del Barrio Judío todavía conservan su sabor medieval y destacan los balcones de las viviendas, de los que salen unos salientes que le confieren un aspecto muy singular y típico de las casas judías. La riqueza arquitectónica de Ribadavia es inmensa. El pazo Baamonde, sede del Museo Etnolóxico, conserva en sus fondos numerosas muestras etnográficas, fotográficas, de cerámica y de textil, así como archivos orales y audiovisuales y un notable fondo documental. En cuanto a la arquitectura religiosa, destacan la iglesia de Santiago, buen ejemplo de románico tardío de comienzos del siglo XII, y la iglesia de San Juan, la más antigua de la villa, en cuya fachada contemplaremos una hermosa puerta de arquivoltas de medio punto y aspecto militar. Son también dignos de mención la Casa Consistorial, la Torre del Campanario y la Casa de la Inquisición. Y así, después de haber llenado el cuerpo de manjares y los ojos de belleza, pondremos punto final a nuestro recorrido.
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