A Coroa de Covelo para el rey y siete razones para que viva el entroido
Si necesitáis un buen motivo para descubrir en persona qué tiene de especial A Coroa de Covelo, en el término municipal de Melón, es señal de que no presumís de ningún pariente o amigo en la zona. De lo contrario, sabríais que se trata de una de las citas carnavalescas más divertidas, si cabe, de la Galicia rural.
Ana Patiño
Fotografía: Pío García
Por si no os llega con uno, os voy a dar siete motivos que os animarán a disfrutar de una fiesta en la que cada año se persigue, por encima de todo, que el rey conserve su corona y garantice así que el entroido se vuelva a celebrar al año siguiente.
¿Queredes que viva ou que morra o entroido? (¿Queréis que viva o que muera el carnaval?) ¡Qué viva y, a poder ser, muchos años! Que viva A Coroa de Covelo.
1. Porque hay entroidos típicos, pero este es de los de siempre, sin modificaciones, de los que reúnen a los vecinos y les hacen partícipes de una fiesta tradicional que les emociona. Les mueve por dentro a ellos y a los que tienen el placer de vivirlo.
2. Porque es como asistir a una función de teatro, pero en un escenario real, en el que se representa una peculiar batalla en la que el rey, representado por una persona de Covelo, ha de defender con uñas y dientes la corona, que significa la conservación del carnaval. Vestido con su característica capa, debe luchar contra quienes le atacan durante el recorrido establecido. No solo eso: a la obra se unen otros personajes como el bobo, el juez, el fiscal y los guardias que protegen al monarca y su misión.
3. Porque toda la historia tiene lugar en diferentes puntos de Covelo, por entre sus estrechas y encantadoras calles; por ellas avanza avanza la comitiva hasta el culmen de la lucha, en el Coto da Raña.
4. Porque se trata de una procesión nada convencional, no religiosa, que se abre paso con un carro tirado por dos vacas de bonitos nombres, Gallarda y Pinta, que sirve de palco para dos de los protagonistas pasivos de la fiesta de A Coroa de Covelo. Ellos son el Entroido y la Entroida, dos muñecos de trapo con título de santos, engalanados con mimosas, que lo presencian todo. Como en casi toda tradición que se precie en Galicia, y aunque no se trate de santos comunes, en su pecho cuelgan billetes y una pequeña caja guarda las monedas que a modo de recaudación ayudan al mantenimiento y conservación de tan original evento.
Tras ellos, además del loureiro cargado con castañas y del que cuelga una rosca y una calabaza, marcha el famoso rey a caballo, custodiado por cuatro mayordomos y danzantes que lo protegen de los intentos de robo de la corona. Con él avanzan las autoridades y los procuradores. ¡Todo un despliegue por un fin común, que el entroido permanezca!
5. Porque cuando se da por finalizada la batalla de A Coroa de Covelo y ya se sabe si habrá carnaval un año más o no, llega el momento de la comida y la bebida. Muchos lo estarán deseando, y no es para menos, pues para hospitalidad, la de Covelo. En cada casa ofrecen una jarra de vino y dulces a los integrantes de la comitiva. A los meros espectadores no sabemos si les caerá algo por parte de los residentes, es cuestión de probar. Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que en el atrio de la iglesia se subastan productos derivados del cerdo y huevos de casa o frutas, cedidos por el pueblo para pagar los gastos de la fiesta. ¿Os vais a quedar con las ganas de catarlos?
6. Porque, si queréis, la fiesta dura todo el día. Empieza por la mañana con la batalla, sigue con la subasta y continúa con música muy made in Galicia. ¡Solo depende de la energía que llevéis!
7. Porque, y esta es la razón más sencilla y rotunda, ¡os encantará! Más todavía, querréis recomendárselo a alguien. Así que, ¿por qué no aprovechar y repetir al año siguiente con vuestros amigos A Coroa de Covelo?
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