Peto de Animas de Milmanda – Celanova

Peto de Animas de Milmanda - Celanova

Los petos de ánimas son generalmente sencillos monumentos de piedad popular asociados a la idea del purgatorio. Son piezas típicas de la arquitectura gallega, definidos como elementos funerarios de los que muchos aún conservan su carácter religioso. Cuentan fundamentalmente con tres partes: el pedestal, el retablo y la cruz. En principio, bajo la aparente sencillez e ingenuidad de formas de los petos de ánimas, se trasluce el influjo de la Iglesia sobre la mentalidad popular. El arraigo del culto a los muertos en la cultura gallega y el influjo de la iglesia  sobre la mentalidad popular es lo que produce que en Galicia sea frecuente encontrarlos estratégicamente colocados al borde o en la encrucijada de los caminos o en las plazas de las aldeas, proclamando y divulgando de manera gráfica y duradera -están construidos en piedra- el dominio de la iglesia sobre la población. Los historiadores y etnógrafos sitúan su aparición a partir de la Contrarreforma, datándose los más antiguos en el siglo XVII, aunque no sería hasta el siglo XVIII cuando se construyan con más profusión. La finalidad de los petos de ánimas es la de ofrecer limosnas de todo tipo a las ánimas del purgatorio para que puedan alcanzar el cielo; en compensación, una vez liberadas éstas intercederán por quienes realizaron las ofrendas. Las limosnas no eran de carácter estrictamente monetario, también podían ser productos agrícolas, ganado, etc…

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