De ‘troula’ con Treixadura en Redondela
Treixadura tiene su origen en el vino. Nació hace ahora veinticinco años alrededor de la rueda del Muíño Vello de Redondela. Toniño, Xavier Martínez, Xan López y Xaquín Xesteira se reunían aquí. Comían, hablaban, bebían y siempre terminaban tocando y cantando. Lo que nunca faltaba en la mesa era una botella de vino Treixadura, y de ahí surgió el nombre del conjunto. Así nació este grupo emblemático que quiso romper con la concepción del folclore gallego que había hasta aquel momento. Apostaron por recuperar canciones y músicas que entonces no tenían cabida en depende que ámbitos y consiguieron introducirse poco a poco en escenarios en los que antes parecía que la música tradicional gallega estuviese vetada. Ahí reside su éxito. Como ellos mismos reconocen «Treixadura ha contribuido al ensalzamiento de la música tradicional».
Tamara Novoa Alonso
Dirección y fotografía: Pío García
Treixadura gustan porque al verlos invitan a pasárselo bien. En sus directos animan a la gente a que cante y baile con ellos. El primer concierto lo dieron en el propio molino, a modo de prueba para ver la reacción del público. El resultado fue tan bueno que ya no se volvieron a bajar de los escenarios. Recuerdan con especial cariño el primer concierto en Redondela, en la plaza de A Casa da Torre. «No sabíamos qué esperar y al final la plaza se quedó pequeña. Fue un momento muy especial», rememora Toniño.
Después vino el primer disco, Obrigado, publicado en 1996, con el que recorrieron toda la geografía gallega y fueron ganándose un hueco en el panorama musical del país. En estos veinticinco años el grupo Treixadura ha crecido no solo de forma figurada, sino literalmente. Ahora lo componen cuatro gaiteros, un acordeón y un orfeón de diez voces que incorporaron para dar más protagonismo a la voz y a las letras.
En 1999 nació el primero de una serie de cuatro discos. Un plan que veían como demasiado ambicioso y que no estaban seguros pudiese realizarse, pero que acabaron culminando. Se trataba de utilizar una copla popular de cuatro versos para dar título a cada uno de sus siguientes cuatro trabajos. El primero de ellos fue Unha noite no muíño, que fue seguido por Unha noite non é nada (2003), Unha semaniña enteira (2006), Esa si que é muiñada(2011). Y acaban de publicar ya su nuevo trabajo Vendimia tarda, un CD/DVD en el que celebran su cuarto de siglo.
Su relación con Redondela está ligada a la propia existencia del grupo. Pero, además, varios de los integrantes de Treixadura son de esta zona. Es por ello que le tienen un aprecio especial a la villa de los viaductos, la cual nos invitan a visitar.
Nos recomiendan subir hasta el alto de Trasmañó. Allí se erige un convento donde podemos comprar unas pastas deliciosas, pero además tenemos una vista formidable sobre la ensenada de San Simón, la villa de Redondela y toda la ría de Vigo, «un espectáculo para los ojos», aseguran.
Bajando de Trasmañó llegamos a Chapela, donde los Treixadura nos acercan hasta Cesantes, «la playa de Aerealonga es de las mejores para disfrutar en verano, pero además es muy agradable para pasear y tomar unos pescaditos en alguna de las terrazas», explican.
De aquí nos dirigimos al centro de Redondela, nos proponen que demos un paseo por el casco histórico y nos paremos en alguna de sus plazas a tomar algo, la especialidad de la villa son los chocos. Una vez allí sentados podremos contemplar los viaductos que adornan el cielo redondelano.
Y, por último, en la carretera de Reboreda podemos acercarnos a la cascada del río Alvedosa. Un paseo de madera nos lleva hasta este precioso salto de agua y si seguimos el sendero llegaremos al Muíño Vello, donde reside la esencia del grupo. Regentado por Delio, una de las voces de Treixadura orfeón, podremos degustar los mejores productos gallegos. Y si tenemos suerte nos encontraremos a algún otro «Treixadura» y nos acompañarán tocando una pieza.
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