Qué ver en Fuerteventura
Hacer turismo en Fuerteventura puede ser una de las experiencias más inolvidables si se conoce qué sitios es imprescindible visitar al acudir a la isla
Hacer turismo en Fuerteventura puede ser una de las experiencias más inolvidables si se conoce qué sitios es imprescindible visitar al acudir a la isla
Una profunda hendidura entre montañas, un camino oculto que dio refugio a un santo eremita, una ruta de piedra y agua en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
La villa de Alquézar, en Huesca, es el lugar perfecto para pasar un día. Naturaleza e historia se conjugan en menos de veinticuatro horas.
Costa de Pontevedra. Dicen que el paisaje es la clave que nos permite descifrar el yo más íntimo y verdadero de las gentes.
Las Pallozas de O Piornedo cumplían la doble función de vivienda y cuadra. Es decir, en una misma palloza cohabitaban el hombre y los animales.
Descubre la rica historia y arquitectura del Castro de Santa Tegra, testimonio vivo de la cultura castreña en Galicia. Un viaje al pasado autóctono.
Al Sur de Galicia se encuentra la ría que acoge algunos de los mejores destinos vacacionales de las Rías Baixas, la de Vigo. Desde O Morrazo a Baiona y Val Miñor. Por la costa o cruzando el conocido Puente de Rande, playas de postal, villas y una ciudad de la que disfrutar, paisajes y puestas de sol para contemplar, una oferta gastronómica de reputación internacional, fiestas a lo largo del año y un tesoro innegable: las Islas Cíes.
«En un hotel con encanto la calidad no es cuestión de estrellas». Todo el confort de un hotel del siglo XXI en un entorno del siglo XVII
En el Hotel Inffinit te escuchamos, casi te sentimos, por eso sabemos cuáles son esos pequeños detalles que te gustan y te ayudan a hacerlo todo más fácil… Dicen que “no hay como creer en lo que se hace para conseguir superarse cada día”. Sinceramente aquí compartimos la misma inquietud. Nuestro compromiso es permanecer atentos para mejorar tu atención y que te sientas más a gusto.
«Aveiro, la Venecia portuguesa» junto a una cuidada fotografía de la ciudad. Eso fue lo primero que me llamó la atención cuando abrí Instagram. Era un mensaje publicitario, pero destacaba en medio de stories plagados de selfies y pies en la arena. Normalmente no me detengo a observarlos, pero no tenía nada mejor que hacer. Mi mundo había parado en seco y la frenada me había dejado totalmente desorientada.